miércoles, 15 de septiembre de 2010

Lecturas veraniegas

8 comentarios
Imprime esta entrada Este verano en vez de llevarme la maleta cargada del libros, los jibaricé digitalicé dentro de mi nuevo libro electrónico. Aunque el encanto de pasar, tocar, ojear, manipular hojas siempre se mantendrá intacto en mi corazón, la verdad es que los libros electrónicos son muy prácticos. Dicho esto, entre mis lecturas hay una que fue un libro de verdad con páginas de papel, ¿cuál fue?

Los libros electrónicos están aún en pañales, se cuelgan, a veces no obedecen. Todavía tienen un largo camino de refinamiento ante ellos, pero a mí me sigue gustando mi juguete.

La verdad, comienzo a dudar si merece la pena estrujarme la neurona sobre lo que leo o dejo de leer. Esto, ¿le interesa a alguien? ¿Van mis enanos a sacar algo en claro de estas notas? En fin, lo haré una vez más, de forma aún más reducida que de costumbre.

  • Confesiones del estafador Felix Krull - Thomas Mann. Este libro me ha costado bastante principalmente por que me lo leí en versión original, o sea, en alemán. Sin la ayuda de mi traductor particular, Ironman, dudo que lo hubiera conseguido. No se puede decir que Mann fuera un hombre parco en palabras. No sólo eso. Es que le da tantas vueltas a la frase, una montaña rusa llena de bucles se diría, que a veces no sabía dónde estaba el principio el medio y el final. Hay escritores cuyo estilo es linear, sin adornos. Hay escritores ondulados como olas y luego está Thomas Mann: un mareo. El tema no me disgustó y al estilo me acostumbre. Desgraciadamente, Mann murió antes de completar su obra y nos dejó a Felix y a mí descompuestos y sin futuro. Habrá que imaginárselo todo.
  • Frankenstein - Mary Shelley. Magnífico. Mucho más que una historia de horror. Un estudio del carácter, mejor dicho, debilidades, miserias humanas. Primero Frankenstein juega a ser dios, luego no acepta las responsabilidades de sus actos. Mucho mejor que la peli, imagino. Final mucho más desesperanzador, para el mostruo y para la humanidad.
  • Confesiones de Simeón - Tito H. No os molestéis en buscar este, lo ha escrito un tío mío. La edición fue pequeña y está agotada (somos una familia grande). Para mí tiene mucha carga emocional, está bien escrito y estructurada además de mostrarnos la vida de los 70 en Santa Cruz de Tenerife.
  • Artículos de Costumbres - Mariano J. de Larra. Interesantísimos pero creo que faltaban algunos, así que tendré que ir a la biblioteca a buscar la versión completa. Parece mentira, pero la sociedad española sigue siendo bastante parecida a la del siglo XIX.
  • La dieta revolucionaria del Dr. Atkins - Dr. Atkins. También me leí la nueva versión. Ofrece información radicalmente opuesta a las creencias actuales acerca de la nutrición correcta, aunque creo que las tornas están cambiando y puede que en 15 años todos estemos convencidos de lo que Atkins predica.
  • La revolucionaria dieta de la Zona - Dr. Barry Sears. Parte de las mismas premisas que Atkins: hay que mantener el nivel de azúcar en sangre constante, la insulina es nuestro enemigo, los carbohidratos (cereales, pan, patatas, pasta, arroz, azúcar) son veneno sabrosón: hay que evitarlos. Sears prefiere grasas vegetales y animales ricas en omega 3.
Y esto es todo.

8 comentarios:

LaCuarent says:
miércoles, 15 septiembre, 2010

Tu si que tienes valor con la lectura, nada ligerito ¿no?, los de dieta no lo son que uno lo he leido, asi que lo dicho.
AH! yo tambien estoy encantada con mi cacharro digital porque como soy de las que leo varios a la vez,tenía que andar cargada de la remesa correspondiente y esto es muy práctico para viajar y para mi espalda un alivio en el bolso
Besos

Luis says:
jueves, 16 septiembre, 2010

Me debo estar haciendo mayor... porque a pesar que me apasionan las nuevas tecnologías.. sigo prefiriendo el papel a la hora de leer... Y te lees como dices Cuaren eso tan "ligerito" ? Mamma mia... Besis y abrazu pal teuton...

Ana H.H. says:
jueves, 16 septiembre, 2010

Totalmente de acuerdo 40añera sobre el cacharro digital, pero el libro en la mesita de noche tiene un lugar preferente.

Bueno, fui alternando lecturas heavy con los de la dieta y alguna revista de tendencias: no me gusta nada la moda que viene, una vez más.

Besos

Ana H.H. says:
jueves, 16 septiembre, 2010

Luis, tú mayor? Nomenó. La edad se lleva en la cabeza no en el calendario. El cacharro digital no elimina al libro, simplemente lo complementa.

Besos

Mery Jane says:
jueves, 16 septiembre, 2010

Supongo que los cacharros esos acabarán por extenderse mucho más, pueden aprovecharse mucho más que para simples lecturas. Por ejemplo, espero y deseo que mi/s futuro/s hijo/s no tengan que cargar con esas mochiladas de libros y puedan llevarlo todo en un aparatejo desos; otro ejemplo: en mi trabajo agradeceríamos muchísimo tener uno para descargar gran cantidad de contenidos y estar al día, osea, como una PDA pero a lo bestia...estaría guay, sí; ah! y todos mis libros de recetas en un mismo lugar, más manejable, en vez de una estantería llena de ellos.

Yo, cuando pueda serme realmente de utilidad, supongo que lo terminaré viendo como algo "imprescindible" porque me facilitará la vida, pero mientras tanto...los libros de lectura (ocio)los prefiero en papel.

Ana H.H. says:
jueves, 16 septiembre, 2010

Lo del peso de la mochila de mis enanos fue lo primero que pensé yo, MJ. Pero por ahora la pantalla es demasiado pequeña y suelen ser en blanco y negro. Además no son prácticos como soporte para libros de consulta, se puede buscar una pág y saltar de unas a otras pero tarda demasiado. Pero llegará, seguro.

Creo que libros de papel y electrónicos convivirán amistosamente en un futuro no muy lejano.

José Ángel says:
jueves, 16 septiembre, 2010

Saludos Conguito.

Veo que "coincidimos" en las lecturas. Yo tengo a punto de terminar dos libros: "¿Quién soy?", de Steven Reiss; y "El biombo lacado", de Robert Van Gulik.

Pero este verano he leído muy poco: "Mil millones de mejillones", de Fernando Trías de Bes y Toni Batllori; "Oriente, Occidente", de Salman Rushdie; "Técnicas de la mujer vasca para la doma y monta de maridos", de Óscar Terol; y el número de primavera de la Revista Eñe.

Lo peor de todo es que sigo comprando más libros de los que leo y, por tanto, la lista de libros pendientes aumenta sin parar.

De momento no voy a comprar ningún aparato para leer libros, pero no es una idea descartable porque los problemas de espacio empiezan a ser algo serio (¿acabaré saliendo de casa para meter más libros en mi lugar?).

Besos.

Jose.

Ana H.H. says:
viernes, 17 septiembre, 2010

Hola Jose!

Este año decidí no comprar más libros: ya no me caben. Empiezan a apilarse de forma sospechosa en las estanterías y aparcan en doble fila, por lo tanto nos hemos hecho socios de la biblioteca pública y ya sólo alojamos libros regalados. Además, ayer buscaba un libro para que la enana nº1 se lo leyera y decidí que tengo que leerme todos los libros que tenemos antes de acometer nada nuevo. Tengo lecturas para años, décadas. Deseame suerte!

Besos

P.D.: me encanta el título "Técnicas de la mujer vasca para la doma y monta de maridos".