Las camelias también son tempraneras. El sol las quema, por eso asoman en pleno invierno, alegrándonos la vida, al menos a mí.
Os enseño éstas rosa pálido que son las que están al lado del auditorio. Las de parque San Francisco son de un fucsia rabioso. Preciosas a la par que melancólicas. Porque las camelias son melancólicas, aunque nos alegren el invierno.
Todos los días las veo al ir al trabajo y a la vuelta también.
Ahora ya están marchitas bajo el frío sol de marzo.
Estas cuatro (no he podido resistirlo) vivirán para siempre.
Preciosas, sin duda.
ResponderEliminarUna buena manera de alegrar tu paseo no?
Preciosas las camelias!. Ahora comienzan los prados a llenarse de margaritas, avisan que la primavera ya está asomando.
ResponderEliminarbesines
Sí, MJ. Mi paseo es largo y, desde que tengo la cámara, me fijo en todo a mi alrededor ¡Qué ni un sólo minuto de mi vida pase inadvertido!
ResponderEliminarMargaritas, dientes de león, narcisos, pensamientos, tulipanes, camelias... un fin de invierno lleno de color, Pulguilla.
ResponderEliminarBesos
A mi me encantan, pero no las veo melancólicas yo creo que son valientes y delicadas florecer en esta época es duro.
ResponderEliminarMe recupero despacio y me pongo más lentamente al dia.
Un beso contagioso
Preciosas flores, bonitas fotos, aunque si lo pienso me gustan mas las camelias cerradas, como las que se ponen en la solapa.
ResponderEliminarAqui he visto unos camelios enormes,ya se sabe que esta es una tierra donde las plantas son espectaculares, unos de flores blancas y otros rosas; prefiero las blancas.
Besitos
Tienes razón Cuaren, pero son tan pálidas y están ahí a la intemperie aguantando el temporal... me pongo melancólica yo.
ResponderEliminarEspero que ya estés bien del todo.
Besos terapéuticos
Creo que no conozco esos botones de camelias que dices Impasse. Sea como fuere, a mí me alegran la ida y la vuelta del curro. Las quiero mucho.
ResponderEliminarBesos