Como os iba diciendo, en carnavales nos fuimos a esquiar. Elegimos el destino más cercano a nosotros sin ser Pajares, San Isidro o Fuentes de Invierno, claro.
Candanchú es una estación pequeña, en el pirineo aragonés. Para los cuatro días que teníamos perfecta. Nos la recorrimos de cabo a rabo.
Notaréis que aparte de la artista (Conguito con cámara) falta un enano en la foto, el nº2. Como nada puede ser perfecto, el enano nº 2 iba por su segunda semana de diarrea. Estuve a punto de quedarme en casa con él, pero esto no es un problema que arredre a Ironman, no. Nimiedades. Nos metimos todos en el coche y para allá que nos fuimos. Al fin y al cabo, nuestro apartamento también tenía inodoro...
Tuvimos mucha suerte con el tiempo: temperatura ideal, ni frío ni calor (con todo el equipo... ) que diría Fernándo Morán, nieve polvo abundante, ni pizca de viento. ¡Vamos que me sobraba todo! Además no había muchos esquiadores. A lo mejor es porque estoy acostumbrada a Pajares que es una pasada cuando se puede esquiar estamos media Asturias, medio León, media Galicia y algo de Portugal compartiendo 3 pistas y media, pero eso es otra historia.
Las montañas en esta zona son verdaderamente bonitas.
Fue maravilloso oir de nuevo el sonido de los esquíes cortando la nieve, disfrutar de la naturaleza durante horas seguidas, desconectar totalmente y luego, después del día esquiando, apilarnos todos en el sofá a ver programas estúpidos en la tele.
Los dos últimos días el enano nº2 se nos unió aunque no estaba al cien por cien.
Por último, una muestra de por dónde me mete mi familia.
He de confesar que la primera vez que me puse los esquí ya tenía 13 añitos, mientras que Ironman nació practicamente con ellos puestos. Los enanos son tres kamikazes que esquían desde siempre. Pero nos os preocupeis, con la cuñita se llega hasta abajo de una pieza. Además este año,
nadie se rompió nada. Un éxito casi total. ¿Por qué? Pues porque la estación está muy desorganizada y no tienen en cuenta a sus usuarios, que somos más bien sufridores. Nos vengamos no gastando un sólo céntimo.