Este blog está resultando ser un motor. Estoy cerca de mi objetivo. Las cortinas acabadas, ya sólo queda transformar una tela comprada el invierno pasado en mantel y cubrir las repisas de la alacena.Un piso siempre está cambiando: el tapizado de los sillones que se estropea, una estantería para el cuarto de los niños, algún cuadro o foto... pero ya no queda mucho hueco más, la verdad.
Si el piso fuera nuestro haríamos maravillas: tirar tabiques, cambiar todas las ventanas, renovar los baños y, lo mejor, la cocina; ¡cómo me gustaría tener una cocina bonita, moderna y con el horno en alto! Tal vez en la próxima vida...
Se me hace raro el cuarto con cortinas. O visillos. La luz es diferente ahora, está filtrada. Me siento aún más aislada del mundo exterior. Es una barrera más. Tiene sus ventajas: me puedo pasear en trapos menores (como a mi me gusta) sin la menor preocupación de que algún vecino me vea... pero es como si ya no hubiera un mundo ahí afuera. Supongo que será cuestión de acostumbrarme...
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