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En casa usamos la tele más para ver programas grabados que para seguir la programación. Me rebelo contra lo que nos quieren hacer tragar en este país, a la hora en que nos lo quieren hacer tragar. ¿Alguien me puede explicar por qué las películas infantiles se ponen los sábados a las diez de la noche (hora en que los enanos tienen que estar en brazos de Morfeo, si es que yo soy muy anticuada)?
Los programas españoles tipo Escenas de Matrimonio me producen erisipela, mi sentido del humor es muy otro. Además prefiero ver todo lo que pueda en versión original.
Pero, como a toda regla le está dada una excepción, estoy enganchada a L.A. Ink. Me fascina. Vamos por partes.
No cabe ninguna duda de que los tatuadores son artistas. La pintura concreta se ha refugiado en este sector. Todo está muy bien perfilado, sombreado y a veces coloreado. Se diría que sus dibujos van a tomar vida propia y desprenderse de sus porteadores. Son auténticos pintores sobre piel.
Siempre pensé que cuando alguien se decidía a plasmarse un dibujo indeleble era para impresionar al mundo a su alrededor, tipo "soy malo, malo y mira que machote soy, tengo un tatuaje". Estaba equivocada. La gente está loca, pero de otra manera. Resulta que se los ponen para recordar y honrar al alguien o a algo. Acabáramos. ¿Para qué existen las fotos, pues? Detrás de cada tatuaje hay una historia: mi abuela en la pantorrilla - nunca la conocí pero soy igualita que ella; mi mejor amiga que murió de cáncer - le encantaba surfear - convertida en sirena multicolor en el brazo; el budismo que me fascina - un pedazo buda feliz en la panza compartiendo ombligo; soy intolerante a la lactosa y echo de menos el queso - un gruyère en el biceps... Es alucinante, oyes.
Por otro lado, parece ser cosa adictiva, a pesar del dolor. Tatuajes por todas partes: cuello, cara, nudillos, pantorrilla, cadera, escote...
Todos se emocionan mogollón al verse con su nuevo tatuaje. Dicen:
- Ahora pensaré en esto o lo otro cada día cuando mire mi tatuaje.
Pienso que es un gesto grande pero vano. Así como acabamos por no ver nuestro entorno, acabarán por no ver su dibujo. Irá deteriorándose, cayéndose, desdibujándose... como las fotos se descoloran, se agrietan, se desintegran.
A todo esto no he contado que estuve a punto de tatuarme una vez, en un tiempo muy lejano, allá en Brasil. Ironman lo propuso. Sería algo discreto; la mitad él, mitad yo. Dudé demasiados minutos... y la ventana se cerró. Cuando asentí Ironman ya se había echado atrás.
Total, que no puedo dejar de ver el programa. Mejor dicho, no podía... porque me lo han quitado. Estoy pasando unos momentos amargos de síndrome de abstinencia. ¿Qué ha pasado con los tatuadores? ¿Qué nuevos clientes van a visitar la tienda? Espero que me lo devuelvan en septiembre porque estoy enganchadita.
¿Qué historia podría haber tras este tatuaje? ¿Es chica o chico?
Tiramisu
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Este postre conocido y apreciado por mucha gente, no es antiguo sino que
fue creado alrededor de los años 50 del s.XX, y es de facil elaboración,
como s...
3 comentarios:
viernes, 30 julio, 2010
Es chica.
Nadadora,por más señas.
viernes, 30 julio, 2010
Es chico: tiene caderas de chico, aunque se depile...
viernes, 30 julio, 2010
Por otro lado, puede que sea una chica: parece que se está tapando el pecho por delante y el diseño del tatuaje es bastante femenino...
No tengo la foto de delante, tenemos que tirar de imaginación aquí.
Besos
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