
Oviedo es una gozada en las noches suaves. Quiero decir, cuando la temperatura es agradable, que no tiene por qué ser en primavera o verano.
Cuando estuvo aquí G., la hermana de Ironman, disfrutamos de algunas y como no podía ser de otra manera, le enseñamos la ciudad de noche también.
Comenzamos por el centro comercial, la vena del dinero, vaya. Ahí estaba ilumninada, la iglesia de San Juan el Real. Siempre me ha gustado.

Seguimos con unas sidrinas y unas tapas en la sidrería, para entonar. Que dónde estaba la enana? Siendo sábado, con sus amigos.

¡Ay, el amor de familia, qué tierno!
La plaza de la catedral, no podía faltar.

Algunos detalles de la catedral:


Muy buena idea de los franceses esto de iluminar los edificios por la noche. Es verdad que ya no se ven las estrellas ¡no se puede tener todo!
Mientras tanto, esto es lo que te pasa se eres inmóvil

¡Pobre Anita! ¡No sólo se tiene que fotografiar con todos los turistas, sino que encima se le suben a la chepa! Esta juventud...
Para rematar pasamos por mi iglesia favorita, San Isidoro el Real. No sé si me gusta más de día o de noche

¿A vosotros?