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Me encantan las estrelicias. Me recuerdan a nuestra boda. Nos casamos en Tenerife, allí abundan estas flores. Lo primero que se veía al entrar en el club de golf, donde celebramos la fiesta, era un gran centro de estas flores. Era precioso.
En una de mis visitas a la isla, creo que hace unos nueve(?) años, compramos un sobre con cinco semillas de estrelicia. Las plantamos en este macetón. El tiempo pasó, no ocurrió nada.
La vida continuó y al enano nº2 le dio por decir que quería una palmera. Bien, las palmeras en Francia no son baratas y el tercer enano, que ya gateaba, era una mezcla entre Brutus (caimán en la película de "Los rescatadores") y Terminator. ¿Qué hacer? Nos compramos un paquete de dátiles y plantamos las pepitas en el macetón.El tiempo pasó, no ocurrió nada.
Llegó diciembre. Cerramos la casa, apagamos la calefacción , nos fuimos a Alemania por Navidades. Diez días después volvimos. Una hoja asomaba.¡Qué emoción!. Enano nº2 estaba encantado con su palmera. La mirábamos, la regábamos, le hablábamos...
El tiempo pasó. Aquello ya no parecía una palmera. Consultamos enciclopedias. No, aquello no era una palmera. Entonces me acordé de las semillas de estrelicias que habitaban el macetón antes de las pepitas de dátil. ¡Era una estrelicia!
Han pasado al menos siete años. No ha habido flores. Lo que si ha habido es una baby estrelicia. Ayer baby estrelicia fue transplantada a su propia maceta. Espero que este cambio no la disguste. A las plantas no les gustan los cambios... Esta es su nueva maceta. Si todo va bien, en no mucho tiempo habrá que volver a transplantarla a una maceta mayor.
¿Quién sabe? Tal vez dentro de otros siete años veremos alguna de estas maravillosas flores...
Tiramisu
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Este postre conocido y apreciado por mucha gente, no es antiguo sino que
fue creado alrededor de los años 50 del s.XX, y es de facil elaboración,
como s...
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