Sea como fuere, allí se pueden encontrar revistas en alemán, francés e inglés. Compré Prima y Freundin (ya en la basura). Las elegí porque sé que traen manualidades y labores de punto. Además en el aeropuerto adquirí la Brigitte, me interesó la portada.
Cuando tenía diez y nueve años me aboné a una revista de este tipo. No me acuerdo del nombre. Tal vez ya ni exista. Tardé doce meses en darme cuenta de que siempre era lo mismo. Además me irritan las fotos de moda. Son "artísticas": ni ves el corte de la pieza, a veces ni el tejido, ni cómo queda.
A veces, mientras espero, me acerco al escaparate del kiosko de la parada del bus del cole de los enanos, . Mi intención suele ser comprarme una revista, nunca lo hago: me resultan aburridísimas. Resulta que las francesas y alemanas también. ¿Qué nos podemos encontrar? Siempre lo mismo:
- sexo
- últimas tendencias de moda (normalmente no muy práctico y con unos taconazos imposibles). A la primera ojeada es difícil diferenciar los artículos de la publicidad
- publicidad encubierta de productos de belleza y colonias
- entrevistas insulsas
- recetas con ingredientes rarísimos
- en primavera dietas fantásticas de cara a la operación bikini y tal vez alguna tabla de ejercicios para hacer en la playa o piscina
- "Críticas" literarias y de cine
- más publicidad encubierta de diferentes objetos inútiles que hay que tener. Es gracioso, las casas son cada vez más pequeñas, pero hay que tener toda clase de artilugios para vivir en ellas, hay que convertirlas en un bazar
En fin, ahora esperaré hasta navidades para volver a acercarme a un kiosco. ¡He quedado saturada!
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