Hacía tiempo que quería tener una jardín de cactus para ponerlo de centro de mesa en el comedor. Es lo único que puede sobrevivir en mi salón: la luz le pega de lleno durante bastantes horas.
Mis enanos tuvieron la gentileza de regalármelos por mi cumple. Se levantaron tempranito, se pusieron el chandal sobre el pijama y se escabulleron rumbo a El Fontán, sin hacer ruido.
El otro día por fin transplanté estas monandas. Me dicen los enanos que representan a nuestra familia(los de las flores soy yo, que según ellos valgo por dos).
Mi idea era plantarlos todos juntitos en una maceta ancha y baja, pero no la he encontrado. Entonces pensé en una cesta. Inmediatamente después vi que las floristerías ya lo tienen. ¡Qué pena! Yo que pensaba que era original...
Es muy fácil de confeccionar. Sólo necesitáis la cesta, una bolsa de basura antigoteo, tierra y las plantas que os gusten. Cubrís la cesta con la bolsa, rellenáis con tierra y trasplantáis las plantas. Si son cactus, tal vez queráis poneros guantes. Yo, que soy muy vaga, obvié ese paso, por lo que se me clavaron unas cuantas espinitas de recuerdo que ayer operé: tengo los dedos como un colador...
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