Sorpresas agradables, sorpresas desagradables

Imprime esta entrada Vamos a comenzar con lo agradable.

Ayer recibí un paquete de mi amiga B. ó C. como nos gusta llamarla cariñosamente. Entre otras cosas maravillosas, como las fotos del verano, estaba esta obra de arte. Es una combinación de colores muy yo y el diseño es fantástico. Habéis de saber que C. no copia (como yo) crea. Sale de su cabeza.
Estamos teniendo los últimos coletazos del verano, pero en cuanto baje la temperatura, me la voy a poner hasta en casa.Pasamos a las noticias desagradables.

Ayer también tuve que ir a la intespetiva hora de las ocho menos diez de la tarde al Corte Inglés a comprar unos zapatos para el enano nº3. ¿Por qué, si a esa hora lo que me gusta es estar en casita con el pijama puesto y a punto de cenar con mi familia? Porque uno se le desintegró en el colegio. Aviso al que quiera aprender de mi experiencia:

NUNCA COMPRÉIS DE NAÚTICOS DE SNIPE.

El par del que hablamos tenía tres meses de uso y el enano tiene un par de botas de fútbol que se pone en el recreo para jugar al fútbol o a lo que se tercie. La marca Snipe no tiene a bien coser el refuerzo del borde. El trozo de cuero tiene un pespunte de adorno, luego va pegado al zapato:
Aparentemente, este es un zapato normal.
Pero no, las diversas capas también se han ido despegando. Resumiendo: una tomadura de pelo.