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Este es Juan. Mi niña ha tenido la mala suerte de heredar mis pies, que a su vez son los de mi abuela Antonia.
Juan llegó en navidades. Producto del ballet, la genética y unas botas camperas demasiado ajustadas.
Lo hemos intentado todo: pomadas antiinflamatorias, frío, mercromina para secar el callo blando. Juan sigue ahí.
Decidle adiós a Juan porque se le acabó el chollo. Mañana va a ser removido, limado, eliminado del pie de mi niña. Nos han dicho que la recuperación es rápida. En dos semanas podrá volver a clases de ballet. ¡Ojalá sea verdad!
Presentacion
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Para todos los que contemplan mi blog, incluidos los que lo piratean para
quedarse con mis visitias, os deseo un buen año 2025.
Espero, sin demasiada ...
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