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Hoy fuimos a hacer la segunda cura, o sea, a quitar los puntos. Hace ocho días que fue la operación. Este es el pie dolorido y bien vendado, al día siguiente de que Juan fuera desalojado.
Fueron tres duros días, casi sin dormir por el dolor... No es de extrañar, al fin y al cabo, a mi pobre niña le limaron el hueso... aunque fuera sólo un poquito.
El viernes, día 20, fue la primera cura. Pudimos ver por dónde habían abierto para realizar el ajuste. ¡Uf! ¡Qué grima!
Después de rebajar bastante el vendaje, ya estábamos mucho más cómodos. Y después de quitar los puntos indescriptible, casi, casi, la normalidad.
A los ocho días, le tocó desalojar a los puntos. Fue un poco doloroso, sobre todo el de la planta. Hubo que tirar, pues estaba bien cosido y amarrado. Mi niña es fuerte y valiente, no se quejó en absoluto.
Una visual del antes y el después:
Todavía la zona está hinchada y dolorida, pero ya caben los zapatos normales. Dentro de nada todo esto será un recuerdo, una anécdota y mi niña estará bailando sobre sus puntas de ballet.
Tiramisu
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Este postre conocido y apreciado por mucha gente, no es antiguo sino que
fue creado alrededor de los años 50 del s.XX, y es de facil elaboración,
como s...
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