
Como los enanos se portaron ejemplarmente, la abuela los premió con un pastel (demostrando afecto con comida, así somos nosotros). Enanos nº1 y 3 eligieron lo más grande que encontraron: en este caso milhojas doble. El enano nº2 fue tan rápido que no me dio tiempo a inmortalizarlo.
Menos mal que la enana "no tenía hambre". Bendita juventud...

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