Wagner era mi asignatura pendiente. Me explico. Cuando era una adolescente, mi madre me llevó a ver una ópera de Wagner, no me acuerdo de cuál. Quedé traumatizada. No estaba preparada para esto. Para más inri, el tenor era pésimo y más que cantar soltaba un gallo tras otro...
Ayer fue la revancha.
Tan sólo puedo expresar mis impresiones.Vaya por delante que no está mi oído educado. Vaya por delante que no soy experta en nada, ni siquiera en mí misma, aunque eso es otra historia...
La puesta en escena fue sobria e impactante. Me gustó mucho. Una vez más, sorprendente lo que se consigue con unos cuantos paneles, unos colores y unos focos. La orquesta me pareció fantástica. La música de Wagner es sublime. Te envuelve, te golpea, viene y va como las olas y sube en espiral. No sé cómo describirla. Los cantantes buenísimos.
A mí me gustó en particular el barítono Gerd Grochowski en el papel de Kurwenal. Esta obra no soporta cantantes mediocres. Dicho esto, mi opinión personal es que me sobran las voces. Me resultan estresantes. Es una montaña rusa de notas: altos y bajos continuos, loopings imposibles, caídas al vacío... Tapan la música. A ratos cerraba los ojos intentando desligar las voces de los instrumentos... con esto conseguí dormirme los últimos quince minutos (claro que la obra con descansos incluidos duró casi cinco horas).
Sospecho que Wagner era misógino, pues siendo toda la música cantada un tanto estresante, la de las mujeres lo es aún más: se diría dos señoras histéricas a punto de desmayarse. Ellos en cambio tienen piezas más soportables. Leo en nuestro librillo "el impacto emocional fue tal que- tras el estreno- hubo una oleada de siucidios ya que muchas personas no pudieron resistir una experiencia estética de tal magnitud". No me extraña, yo también estuve a punto de acabar con mi vida... Conclusión: para mí Wagner es demasiado moderno. No necesito ver más óperas suyas.