
Cuando llegamos al templo, los turistas afluían en gran cantidad de autobuses. Según la costumbre de los guías egipcios, todos, y éramos muchos, nos tuvimos que meter juntos en el templo, oír al guía bien comprimidos y una vez acabada la breve explicación, salir de nuevo todos juntos. En los cinco minutos que nos dejaban para hacer fotos y contemplar tanta maravilla, era mejor emplear dos minutos en esperar que el gran tropel saliera y estar tranquilos los tres minutos restantes.
En el lugar hubo un templo dedicado al dios halcón Horus, desde tiempos prehistóricos, y varios faraones construyeron allí, pero el templo que hoy podemos ver es de la época de los Ptolomeos, sucesores del general de Alejandro Magno, al que tocó Egipto en el reparto que se hizo del imperio a su muerte. Los Ptolomeos adoptaron la religión y gran parte de las costumbres de los egipcios como metodo para que su dominacion fuera aceptada por los poderosos sacerdotes y por la sociedad egipcia; hay que decir que muchas de las costumbres egipcias les fascinaron de tal manera que las prefirieron, por ej. los ritos funerarios de los conquistados .
El templo de Edfú fue iniciado por Ptolomeo III Evergetes. Tardó 180 años en estar acabado. Durante su construcción hubo periodos de gran agitación politica por aquellos lugares, de tal manera que los artesanos que esculpieron en las paredes los "cartuchos" con el nombre del faraón de la época, los dejaron vacíos para no tener que estar borrando.
Forma parte de los tres importantes templos de los Ptolomeos dedicados a la Triada Isis, Hathor y Horus.
Horus hijo de Isis y esposo de Hathor residia en Edfu. Una vez al anho Hathor, cuyo templo estaba en Dendera, viajaba hasta el templo de Edfu para encontrarse con su esposo Horus, celebrandose una gran fiesta.
El templo es el mejor conservado de todos los de Egipto, en parte gracias a que estuvo casi sepultado por la arena durante siglos. Es totalmente egipcio, pero algo del genio griego también se pude ver, p.e. en la gran variedad de formas de los capiteles de las columnas, y en el equilibrio entre sus diversas partes.


Los patios y las salas hipóstilas son magníficas: estas últimas conservan parte de las pintura, algo chamuscadas y ennegrecidas, ya que el templo fue usado como vivienda e iglesia por los cristianos, llamados en Egipto coptos, en tiempos antiguos y como almacén, establo y cuartel hasta el s. XIX. El arqueólogo francés Mariette, gran egiptólogo, fue el que lo desenterró.
En el exterior hay un "mamissi" o paritorio, donde nació el dios Horus,

Hay dos magnificas estatuas de Horus, una a la entrada de la primera sala hipóstila, en la que el Halcón esta coronado con la doble corona de Egipto y otra más antigua antes del pilono; por cierto para poder sacarse una foto con Horus sería oportuno tener una tira de números para coger vez.

Así que volvimos al barco a la temprana hora de las diez y media. Todavía nos esperaban muchas experiencias para el resto del día, pero eso será tema para otro capítulo.
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