domingo, 12 de abril de 2009

Crimen y Castigo, F. Dostoiesvki

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Imprime esta entrada Este libro me ha impactado. Me he encerrado con él hasta devorarlo por completo. Es un thriller psicológico, la lucha del protagonista es titánica. Me ha mantenido el alma en vilo. No me extrañaría que a Hitchcock le encantase, me recuerda a sus películas.

Dostoievski describe la vida diaria de tal manera que consigue que me sienta literalmente transportada al centro del San Petersburgo de la época. Pero esta novela es algo más. Hablando de ella y de la impresión que me ha hecho, me he dado cuenta de lo que es la literatuta para mí. Llevaba tiempo dándole vueltas al asunto, sin poder definirlo. Sé el tipo de libros que me gustan y los que no, pero no era capaz de explicarlo.

Para mí la literatura es el arte de hacer ver a los demás el mundo a través de tus ojos. Conseguir que sientan lo que sientes. No es la mera descripción de las cosas y los casos. Las mejores descripciones a menudo no mencionan ni colores ni formas. La literatura me da la libertad de vivir otras épocas, experimentar aventuras imposibles, visitar países lejanos, conocer otras culturas. Es una puerta a la libertad.

Ya a finales del siglo XIX se empezaron a gestar los males (siempre mi punto de vista) que hoy son el pan nuestro de cada día. El protagonista, Raskolnikov cae en el más absoluto relativismo al despojarse totalmente de la moralidad, de los límites que la moral natural nos da, como es el respeto a la vida propia y ajena. Como resultado de esto pierde su humanidad, su alma. Para él las personas se dividen en dos grupos. Uno de ellos están por encima de todo, por lo que pueden cometer todo tipo de atrocidades en aras de unos fines superiores, él dice algo así como: algunos han hecho correr ríos de sangre y luego se les han hecho estatuas (por ej. Napoleón). Él, claro, quiere pertenecer a este grupo. Su castigo no es el remordimiento, sino el haber fallado y tener que subsistir con la certeza de ser uno más.

Lo bonito de esta novela, además de que está maravillosamente escrita, es que tiene un final feliz: existe la esperanza y la redención. Gracias al amor y dedicación de otro personaje, Raskolnikov al fin ve la luz y comprende lo que significa ser humano, estar vivo, se único e irrepetible. Una nueva vida, su vida, comienza en ese momento.

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