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Este martes me ha tocado a mí llevar los enanos al entrenamiento. ¡Qué esclavitud! Poniendo buena cara al mal tiempo, me cogí la cámara y subí dispuesta a inmortalizar algunos momentos...
Volví bastante frustrada. Todavía no domino la relación entre el diafragma, el obturador y el valor ISO. Los puse de tal manera que la cámara ajustó (por su cuenta y eso que estaba en manual) la compensación de la exposición y varias fotos salieron oscurísimas. Menos mal que existen los programas de retoque fotográfico. Gracias a ellos he conseguido que se vea algo, en vez de una masa negra de cuatro megabites...Claro que como no hacen milagros las fotos movidas (90%) no hay quien las arregle.
Esta foto está bastante mal en lo que a técnica se refiere, pero a mí me gusta porque se aprecia lo importante que es este deporte para estos enanos. No es un hobbie más, no es un entretenimiento cualquiera. Es un asunto muy serio. Llegan ahí y absorben las palabras del entrenador como si alimentasen. Escuchan. Atienden.
Durante el entrenamiento hicieron varios ejercicios interesantes. Este es uno de ellos. Se trataba de robar el balón y no perderlo. ¿Cómo? Presionando y desmarcándose. Es que todavía no acaban de colocarse bien en el campo para conseguir mantener el esférico y tienen que presionar más. Buscar la oportunidad. Creen que asistir es acercarse al balón, cuando se trata de buscar el hueco donde no hay contrarios y se puede pasar la pelota sin que correr el peligro de perderla.
Otro asuntillo pendiente es levantar la cabeza y mirar dónde están los compañeros del equipo, para situarse mejor en el campo. También trabajaron los reflejos y la velocidad, para entonces yo ya había renunciado a sacar fotos. El viernes continuará (si no llueve).
Tiramisu
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Este postre conocido y apreciado por mucha gente, no es antiguo sino que
fue creado alrededor de los años 50 del s.XX, y es de facil elaboración,
como s...
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