Mañana, de madrugada, empezamos nuestras vacaciones (las de los cinco, los niños ya han consumido su primer mes) rumbo a la playa.
Van a ser dos semanas fantásticas. Buen tiempo garantizado, ninguna obligación (más que alimentar a las fieras), playa por la mañana, piscina por la tarde y alguna excursión cultural... maravilloso.
Hemos trabajado duro durante el curso escolar para llegar a este momento. Llevo estos últimos cuatro días con una actividad frenética. Tengo que reconocer que este blog me obliga a cumplir mis objetivos. Como colofón, ayer los enanos y yo nos recorrimos la ciudad en busca de regalos para los amigos que vamos a ver. Entre la caminata y el calor me quedé ROTA. Debe ser la edad... También aprovechamos para comprar los libros de lectura del curso que viene. En la lista estaba Oliver Twist, versión adaptada. Pero ¡qué manía con las versiones adaptadas! Pienso que niños de 11 años son perfectamente capaces de leerse Oliver Twist en su versión original.
Estamos idiotizando a esta generación, ya veremos en que acaba todo esto.
Todavía hoy tengo una lista bastante larga de cosas que resolver. La más importante: las maletas. Ya he mencionado que odio hacer las maletas. Esta es la razón (véase foto arriba).
Esto que está sobre mi cama es la ropa de los niños. Me he tenido que sentar encima para cerrar la maleta en cuestión... Luego falta mi maleta...
Siempre se me olvida algo. También voy cargando con objetos que luego resultan ser inútiles. Para este año tengo pensado acabar un top que estoy tejiendo a la enana nº1 y reformar un top que me he hecho a mí misma. A ver si lo cumplo. Como después de las vacaciones supongo que será el examen para administrativos, me llevaré la nueva ley de contratos (308 artículos infumables, treinta y tres disposiciones adicionales, siete transitorias y una final, una delicia) para intentar estudiarla en la playa... a ver si la música de las olas y el sol me dan ánimos, porque lo que es aquí... no estoy dando golpe. Dicen que la intención es lo que cuenta...
Aprovecharé para comprar al menos una revista en francés, ya que a donde vamos está lleno de franceses, supongo que las venderán. A partir de 30º hay que leer cosas ligueritas...
Pero para llegar a la meta, aún nos falta hacer el sprint final. Tengo que plantar los nuevos geranios, ayer mandé a los niños a por seis nuevos y ya no hay marcha atrás. Ahora tengo que plantarlos. Estos fueron los elegidos:
Sí, ya sé que inmediatamente después nos vamos. Espero que sobrevivan a mi ausencia. A juzgar por los antiguos, los geranios son casi malas hierbas, aguantan bastante bien el maltrato;
Estas son las jardineras de la enana. La verdad no ha mejorado mucho después de la poda, la tierra y los nuevos geranios. Así estaban antes del tratamiento.Este es el aspecto que ofrece mi balcón ahora. Antes aquí.
... más quehaceres: intentar acabar el vestido negro que empecé el año pasado (va a ser que no, son las diez de la noche y estoy sentada frente al ordenador...), subir fotos a picasa, hacer las maletas, cortarle el pelo a los enanos dos y tres, así es como quedaron:
... He vivido diez años en el extranjero y, durante ese tiempo, no conseguí encontrar una peluquería de mi agrado. Estar fuera de mi país me enriqueció y aprendí a apreciarlo verdaderamente. A veces conseguí sustituir aquello que echaba de menos, pero la peluquería: imposible. Con los chicos me pasa lo mismo. Ya hemos probado todas las peluquerías del barrio y ninguna nos satisface. Ni a ellos, ni a mí. Conclusión: se lo corta una menda. Como al enanísimo le gusta que se le aclare el pelo, tendré que cortárselo bastante para que en septiembre todavía esté presentable.
Ahora casi el día se ha acabado. Las maletas están hechas, todos los bártulos han sido llevados al coche. Los niños están en la cama. Ya sólo nos queda respirar, relajarnos y prepararnos para lo mejor: las vacaciones.
Van a ser dos semanas fantásticas. Buen tiempo garantizado, ninguna obligación (más que alimentar a las fieras), playa por la mañana, piscina por la tarde y alguna excursión cultural... maravilloso.
Hemos trabajado duro durante el curso escolar para llegar a este momento. Llevo estos últimos cuatro días con una actividad frenética. Tengo que reconocer que este blog me obliga a cumplir mis objetivos. Como colofón, ayer los enanos y yo nos recorrimos la ciudad en busca de regalos para los amigos que vamos a ver. Entre la caminata y el calor me quedé ROTA. Debe ser la edad... También aprovechamos para comprar los libros de lectura del curso que viene. En la lista estaba Oliver Twist, versión adaptada. Pero ¡qué manía con las versiones adaptadas! Pienso que niños de 11 años son perfectamente capaces de leerse Oliver Twist en su versión original.
Estamos idiotizando a esta generación, ya veremos en que acaba todo esto.
Todavía hoy tengo una lista bastante larga de cosas que resolver. La más importante: las maletas. Ya he mencionado que odio hacer las maletas. Esta es la razón (véase foto arriba).
Esto que está sobre mi cama es la ropa de los niños. Me he tenido que sentar encima para cerrar la maleta en cuestión... Luego falta mi maleta...
Siempre se me olvida algo. También voy cargando con objetos que luego resultan ser inútiles. Para este año tengo pensado acabar un top que estoy tejiendo a la enana nº1 y reformar un top que me he hecho a mí misma. A ver si lo cumplo. Como después de las vacaciones supongo que será el examen para administrativos, me llevaré la nueva ley de contratos (308 artículos infumables, treinta y tres disposiciones adicionales, siete transitorias y una final, una delicia) para intentar estudiarla en la playa... a ver si la música de las olas y el sol me dan ánimos, porque lo que es aquí... no estoy dando golpe. Dicen que la intención es lo que cuenta...
Aprovecharé para comprar al menos una revista en francés, ya que a donde vamos está lleno de franceses, supongo que las venderán. A partir de 30º hay que leer cosas ligueritas...
Pero para llegar a la meta, aún nos falta hacer el sprint final. Tengo que plantar los nuevos geranios, ayer mandé a los niños a por seis nuevos y ya no hay marcha atrás. Ahora tengo que plantarlos. Estos fueron los elegidos:
Sí, ya sé que inmediatamente después nos vamos. Espero que sobrevivan a mi ausencia. A juzgar por los antiguos, los geranios son casi malas hierbas, aguantan bastante bien el maltrato;
Estas son las jardineras de la enana. La verdad no ha mejorado mucho después de la poda, la tierra y los nuevos geranios. Así estaban antes del tratamiento.Este es el aspecto que ofrece mi balcón ahora. Antes aquí.
... más quehaceres: intentar acabar el vestido negro que empecé el año pasado (va a ser que no, son las diez de la noche y estoy sentada frente al ordenador...), subir fotos a picasa, hacer las maletas, cortarle el pelo a los enanos dos y tres, así es como quedaron:
... He vivido diez años en el extranjero y, durante ese tiempo, no conseguí encontrar una peluquería de mi agrado. Estar fuera de mi país me enriqueció y aprendí a apreciarlo verdaderamente. A veces conseguí sustituir aquello que echaba de menos, pero la peluquería: imposible. Con los chicos me pasa lo mismo. Ya hemos probado todas las peluquerías del barrio y ninguna nos satisface. Ni a ellos, ni a mí. Conclusión: se lo corta una menda. Como al enanísimo le gusta que se le aclare el pelo, tendré que cortárselo bastante para que en septiembre todavía esté presentable.
Ahora casi el día se ha acabado. Las maletas están hechas, todos los bártulos han sido llevados al coche. Los niños están en la cama. Ya sólo nos queda respirar, relajarnos y prepararnos para lo mejor: las vacaciones.