sábado, 1 de agosto de 2009

Viaje en globo

0 comentarios
Imprime esta entrada Por esta aventura fuimos capaces de levantarnos a las cinco y media de la mañana. Esta ha sido la realización de uno de mis sueños. No sólo volamos, asistimos a la preparación.

Primero se llena el globo de aire.
Luego se calienta el aire
Ya estamos casi preparados
Aquí estamos con nuestra caritas de sueño
Vimos amanecer en el aire
Vimos la niebla disiparse
Vimos las granjas ahí abajo:
Vimos los otros globos
ahora un poco de información. Como ya sabemos, para que el globo flote tiene que estar lleno de aire caliente. Para no caerse cuando estás arriba hay que seguir calentando el aire. Con nosotros llevábamos una bombona de gas y tres quemadores. Cuando nuestro piloto encendía el quemador era como si alguien te friera los sesos. Por eso en el folleto ponía que no lleváramos chaquetas.
Pensaba que iba a tener miedo. Pensaba que tendría vértigo. Pensaba que la cesta se balancearía. Pensaba que el aire sería fuerte ahí arriba. Una vez más, me equivocaba. Volar en globo es flotar en el aire. No sientes miedo, simplemente te mueves suavemente de aquí para allá.

Subimos hasta 4.000 pies (1.219 metros). Todo se veía muy pequeñito.
En algún momento de nuestro paseo aéreo, unos chicos amish nos vieron y nos siguieron. Allí estaban cuando aterrizamos.
Curioso fue cuando aterrizamos. Tardaron poquísimo en recoger todo: en la parte superior del globo hay un agujero que destaparon, sacaron el aire lo metieron en una bolsa (sobre la que todos nos tiramos para que entrara), metieron la bolsa en la furgoneta, luego la cesta. Voilà: viente minutos.

0 comentarios: