Galletas de chocolate y avena

Con la llegada del frío, le entran a una más ganas aún de chocolate. Sólido, líquido o gaseoso. En galletas, en leche o en cremas. Al desayuno, merienda o cena.

Lo original de estas galletas, lo diferente y especial, es la avena. Sin ella, sería simplemente una receta más de deliciosas galletas de chocolate. La avena les da otra textura. Lo mejor es hacerlas y luego probarlas. Ya me diréis que os parecen.

Galletas de chocolate y avena

Ingredientes:

• 1 1/2 taza harina
• 1/2 taza cacao en polvo
• 1/2 cucharadita bicarbonato sódico
• 1/2 cucharadita canela
• 225 gr. mantequilla, temperatura ambiente
• 1 cuchara agua
• 1 1/2 tazas azúcar moreno
• 250 gr. chocolate negro
• 2 huevos tamaño L
• 1 1/2 tazas copos de avena

Método:

1. En un cuenco, mezcla harina, cacao, bicarbonato sódico y canela.
2. Pon en otro cuenco mantequilla, agua, azúcar moreno y el chocolate troceado. Derrítelo en el microondas. Remueve hasta obtener una pasta, no importa que el azúcar se note.
   
3. Añade los huevos, uno a uno.
   
4. Ahora incorpora la mezcla de harina. Por último, los copos de avena.
5. No revuelvas mucho, mejor enciende el horno a 180ºC.
   
6. Prepara un par de bandejas de horno, forradas con hojas de silicona o de papel de hornear. Coloca cucharadas de masa, separadas unas de otras, pues la masa se expande.
7. Hornéalas durante 10-12 min.
   

Complejo de Penélope

¡Por fin! Como la sabiduría popular nos enseña: más vale tarde que nunca.

Parece una chaqueta de punto ¿verdad? En realidad son dos. La terminé por primera vez el año pasado, pero algo no encajaba. Planchándola me di cuenta que una mitad era diez cm. más larga que la otra. ¡Di-ez cen-tí-me-tros! Se dice pronto. Diferentes ideas se me pasaron por la cabeza:

1. Ponérmelo en ese estado, aunque me haga forma de contrahecha.
2. Meterlo todo en una bolsa y tirarlo cuidadosamente a la basura.
3. Olvidarlo en el fondo del armario.

Como el tiempo todo lo cura, este invierno me armé de valor y decidí volver a intentarlo. Deshice la mitad del jersey, estiré la lana, comencé de nuevo.

Cuando terminé el fallo seguía ahí, los diez centímetros inamovibles. La desesperación era total. En ese momento, me salió el orgullo. Convertida en Penélope volví a comenzar. Como a la tercera va la vencida, hela aquí. Una chaqueta azul. Desgraciadamente la talla es para alguien al menos media cabeza más alta que yo, mejor una cabeza. Su destino era, efectivamente, el fondo del armario. Ya comencé el siguiente proyecto. Espero acertar con la talla esta vez....

¿Qué ha sucedido esta semana?

Los enanos están muy tranquilos, casi angelicales.

Tocaba reunión de con el tutor de la enana nº 1. Todo va bien. Alabanzas variadas. Música para los oídos, balsamo para los nervios. Así da gusto.

Me he puesto al día en resúmenes de temas. He hecho las paces con la idea de estudiarme toda este batiburrillo jurídico-filosófico. Creo que estoy mentalizada y preparada.

He conseguido completar mi programa de ejercicios. Mens sana in corpore sano. La buena noticia: no tengo agujetas. La conclusión: el cuerpo tiene memoria.

Mi hermano y su familia han venido de visita este finde. Los enanos y sus primas se adoran.

Va de profesionales

El otro día me enviaron este video. No suelo hacer esto pero este en concreto merece ser compartido, visto y disfrutado por el mundo mundial.



¡yo quería estar allí! ¡ser uno más de los 20.000! Debe una sensación como cuando vas a ver a tu equipo de fútbol y ganan por goleada.

Mi admiración a los americanos. El tiempo que llevaría montar todo este tinglado! Es que son muy profesionales.

Galletas Bretonas

¿Os acordáis de las MariLu? Pues estas galletas son las mismas. La receta es muy sencilla, los ingredientes también, tan sólo hay que tener un poco de paciencia al extender la masa y cortarlas.

Pero para no empezar la casa por el tejado, vamos primero con la receta en sí.

Galletas Bretonas

Ingredientes:

• 250 gr. harina
  
• 125 gr. azúcar
• 150 gr. mantequilla
• una pizca de sal
  
• 6 yemas + 1 para dorar
• piel rallada de una naranja (yo no la puse)

Método:

1. Tamiza la harina en un cuenco. Añádele la sal.
   
2. Incorpórale la mantequilla, frotando con los dedos.
3. Bate yemas y azúcar hasta que estén espumosas.
4. Mézcla esta masa con la harina-mantequilla. Si la masa está muy mojada, añádele harina hasta que no se te pegue a los dedos y puedas darle forma de bola.
   
5. Deja reposar en la nevera la bola de masa envuelta en papel de cocina unas horas.
6. Antes de extender la masa, debes sacarala de la nevera dos horas antes.
7. Para ver cómo se extiende la masa (ha de quedar gordita) y se corta, pincha aquí.
8. Mezcla la yema reservada con una cucharadita de leche.
9. Una vez cortadas las galletas y colocadas sobre la placa de horno, pincélalas con la yema.
10. Enciende el horno a 200ºC. Mientras se calienta, deja que las galletas se enfríen en la nevera.
    
11. Cuécelas durante 15 min. o hasta que estén doraditas.
    

Estas galletas están muy ricas para mojarlas en la leche, al desayuno o a la merienda.

Zombie opositora

Hace dos años mi enana me regaló esta figurita. Vuelve a estar completamente vigente. Una no se da cuenta de lo que tiene...hasta que lo pierde. La tranquilidad, la libertad de decidir qué hacer con el tiempo libre, el tiempo libre, el buen humor... Todo se ha evaporado. Estoy intentando recuperar el equilibrio. Por ahora sin éxito.

Esta semana se me han pasado por la cabeza varias reflexiones. Se fueron como llegaron y no dejaron rastro. Intento estrujarme el cerebro, pero nada. De lo que sí me acuerdo es de mi decisión de reducir mis entradas en el blog a dos por semana: la galleta y un resumen. ¿Qué ha sucedido pues esta semana?

Los enanos han vuelto al cole. Ya estamos inmunizados contra la famosa gripe porcina. En esta casa no fue tan grave.

Ha habido alguna deserción en la blogosfera, no es la primera, ni la segunda sino por desgracia la tercera de los sitios que me gusta visitar. Afortunadamente, otros han llegado. Es difícil esto de mantener una rutina, tal vez la presión de tener algo que comunicar o al menos hacerlo de una manera original. Lo que hace fácil la despedida es el anonimato.

De vuelta del trabajo, me encontré con estas máquinas:
Ignoraba su existencia y me han parecido fantásticas. Si es que con la dosis adecuada de voluntad e imaginación no hay barrera que se resista. Me encantaría ver muchas circulando a diario.

Después del pánico inicial debido a mi decisión de volverme un zombie opositor (ni dormir bien podía: una pesadilla detrás de otra) me voy tranquilizando. Todo gracias a mi mejor mitad que me aguanta de todo y a una conversación con P. P. me ha orientado acerca de cómo abordar los temas y la organización general de la preparación. Menos mal. Gracias a esto creo que ya no me tendrán que ingresar en un manicomio.

Y no doy para más. Esto es lo que hay.

Carajitos con Nutella

Cuando me pongo a opositar me dan ganas de realizar todo tipo de tareas, hasta limpiar quiero, todo menos estudiar, claro. Un poco de disciplina, tampoco nos vamos a pasar.

Entonces se me ocurrió hacer unos carajitos de avellana rellenos de nutella. Además de los ingredientes y método para carajitos, necesitaréis un bote de nutella. La receta es la misma, mismos ingredientes, misma temperatura, mismo tiempo. Simplemente hay que coger una pequeña cantidad, colocar un poco de nutella en el centro con ayuda de dos cucharitas, cerrar la bola de masa y ... al horno!

En casa han sido un éxito. Y eso que mi mejor mitad es muy serio en lo que respecta a malgastar su querida crema de nutella.

¿Qué os parece? ¿Queda bien la crema? o por el contrario ¿se pierde el sabor?

Skate Dedos

El enano nº tres quiere una U para sus skates de dedos. El problema es que no tiene dinero en la hucha y los reyes magos están aún lejanos.

Acabamos de recibir nuestra caja de mandarinas. El enanín lo vio claro. Tijeras, sierra de bricolaje, cinta adhesiva ancha, cartulina y voilà: una U casera. Él se lo guisó y él se lo comió. Salió de su cabeza... y de sus manos.

A lo mejor acaba trabajando en art attack!

Está claro que ser pobre agudiza la creatividad.

Pleno al quince

Visto lo visto debería haber vigilado a mis enanos más de cerca. Sobre todo después de haber visto en directo donde les gusta a los cerdos meter el hocico:
Queda claro por qué la gripe porcina afecta más a los niños (aunque para ser sincera no han caído los tres, la enana parecía que tenía anginas, pero no, es gripe. No me puedo quejar, hacía años que no se ponían malos, pero es que todos a la vez! esto parece un hopital!)

En otro orden de cosas, la tentación ha vuelto a tocar a mi puerta y... le he vuelto a abrir. A pesar de haberme jurado a mí misma, como si de Scarlett O'Hara se tratara, no volver a estudiar para unas oposiciones, no he podido resistirme. Un último intento. Lo prometo.

Ayer anuncié a mi familia: enanos, mejor mitad e incluso tortuga, la mala noticia. Descontento generalizado, suspiros de desaliento.

Tengo aquí ante mis cansados ojos el primer tema. ¡Cachis en los moros! Ante mis ojos también ocho meses de encierro, mal humor, aburrimiento, desesperación, negligencia a la familia, constitución como libro de cabecera... La verdad, hace unos años (no voy a concretar cuántos) no imaginaba yo llegar a estas alturas teniendo que estudiar y, lo que es peor, examinándome. ¡Oiga, que soy licenciada y hablo cinco idiomas con fluidez! Vueltas que da la vida... Lo que me saca de quicio, día a día, es estudiar al detalle las leyes que rigen este nuestro sufrido país para percatarme aún más de cómo nuestros chupópteros políticos se las saltan sin ningún pudor. Ya no queda vergüenza torera.

Bueno, después de esta llorada me siento mejor.

Voy a estudiar pues.

*La primera foto no es mía. Está más o menos por todas partes en la red, no he podido localizar su autor, pero de todas maneras, lo felicito por la foto.

Nudos de Corbata

Pregunta: ¿qué se puede hacer un domingo por la tarde? Hace frío, llueve, tenemos un enfermito. Muy sencillo, a mi mejor mitad se le ocurrió enseñar a los enanos a hacer un nudo de corbata. Siempre pensando en el futuro. Hay que estar preparados.

Primer intento:
La enana lo consigue, pero los varones necesitan más práctica (cosa de la edad):
El resultado final, muy logrado:
Nota: al enano nº2 y a mí se nos pone cara de rana cuando estamos enfermos. Debe ser genético...

Merengues

Llevo una actividad galletil desenfrenada. Como resultado, tengo muchísimas claras de huevo en mi cocina.

Para deshacerme de ellas, además de carajitos de avellana decidí probar a hacer unos merengues. La verdad, los merengues no me dan más, pero había que intentarlo. Me han sorprendido. Al hincarles el diente primero crujen, te da la impresión de que van a ser secos. Luego, se vuelven jugosos y una explosión de sabor se produce en la boca. Estos no son las únicas ventajas. Además no tienen apenas grasa y son aptos para celiacos. Vamos, ¡qué no sé porqué he esperado tanto para probar!

La receta la encontré aquí. La hice tal cual, pero os la pongo en español.

Merengues de Chocolate

Ingredientes:

• 4 claras de huevo tamaño L (145 gr.)
• 220 gr. azúcar
• un pizca cremor tártaro (ayuda al merengue a tomar cuerpo)
• 30 gr. cacao en polvo
• 2 cucharadas licor de avellanas

Método:

1. Pon un cazo grande con agua a fuego mediano.
2. Mezcla claras, azúcar y cremor tártaro en otro cazo que encaje en el anterior. Es para disolver el azúcar antes de montar las claras.
3. Poner el cazo en el agua caliente y remover continuamente durante unos tres minutos o hasta que el azúcar se haya disuelto. Se comprueba con los dedos, si no se nota el azúcar al tacto, ya está.
4. Batir las claras hasta obtener un merengue firme. Según la receta original, 10 min. A mí me bastaron 5. Al final, añadir el licor de avellana.
5. Añadir el cacao con movimientos envolventes, con cuidado de que no bajen las claras.
6. Disponer los merengues con una cucharita sobre bandejas de horno cubiertas de papel de hornear o láminas de silicona.
7. Cuécelos, más bien, sécalos a 105ºC durante 2 a 3 horas. (Yo los dejé 3 horas)

Viejos y nuevos amigos

Es noviembre. Llueve. Está oscuro. Hace frío. Mi tono de piel moreno - saludable ha desaparecido definitivamente. El otro día en el trabajo una compañera, mirándome lastimeramente, me preguntó:

Ella - Conguito, ¿qué te pasa? ¿Etás malina?

Yo - Tengo mala cara, ¿eh? No, es el invierno, que no me sienta bien.

Llegó el momento de sacar de nuevo a mis viejos amigos don colorete, doña brocha y la señora crema hidratante con color. En palabras de mi abuela: "a la madre naturaleza hay que ayudarla (a partir de una cierta edad, se entiende).

El viernes se presentó en casa una desconocida que está en boca de todos: la gripe porcina. Sí, porcina o puerca que no me gusta a mí eso de lo políticamente correcto, más bien me carga. Bastante. A lo que voy. La señora doña gripe se ha cobrado una víctima entre nosotros:
El enano nº2 está mustio, apagado, sin energía. Ni si quiera hambre tiene el pobre. ¡Ay! ¡Qué penita me da!

Mi mejor mitad está convencido que el siguiente en acoger a doña puerca será él. Se admiten apuestas ¿Qué miembro familiar será el próximo? ¿Será uno sólo o caerán- caeremos simultáneamente unos cuantos? Sólo nos queda esperar pacíficamente. Si no doy señales de vida en una semana, es que caí yo.

El nuevo HUCA

El otro día desde el campo donde el enanín estaba jugando un partido de fútbol, se veían las obras de nuevo y descomunal HUCA (Hospital Universitario Central de Asturias). Se me vinieron a la cabeza muchas reflexiones a este respecto. Reflexiones que voy a intentar plasmar.

1. ¿Era necesaria esta obra? La verdad es que al gobierno autonómico le ha costado unos veinte años llevar su idea (el gran pelotazo) a buen puerto (puerto, esto me trae a la mente el Musel..., pero eso es otra historia). Ha pasado por encima de la ayuda del gobierno central a la renovación del antiguo hospital, por el descontento y oposiciones ciudadanas (al menos de los que viven cerca del hospital...), por no sé cuántos proyectos (que supongo se pagarían...)
2. ¿Cuánto está costando o va a costar? Esta es la pregunta del millón. ¿Para qué me voy a repetir, si está muy bien explicadito aquí? Resumiendo, primero iba a costar 205 milloncetes, luego se amplió a 254, 5 (calderilla, vamos) y ya vamos por 364,5. ¡Oiga! ¡Qué estamos hablando de €! A esto le debemos el céntimo (céntimos más bien) de la gasolina, entre otras cositas, claro. A todo esto habrá que añadirle los costes del equipamiento del hospital, vamos digo yo que no lo dejarán vacío... Sí, claro, se llevarán lo que haya del viejo, pero vamos a necesitar muuuuucho más material!
3. ¿Se entregará en plazo? Pues no creo. La fecha que se baraja es el 7 de abril 2010. Después de la ampliación de cuatro meses, claro. Muy concreto me parece. Sólo tenemos que esperar. Todo está muy bien expuesto aquí.
4. Y una vez entregado ¿Se trasladará las facultades y escuelas afectadas: medicina, enfermería, estomatología y qué sé yo qué más, allí? Otra pregunta del millón. A este respecto encontramos informaciones contradictorias en la red (que son las fuentes donde yo bebo, principalmente). Primero el Principado decía que por supuesto. Bueno, menos mal, porque los pobres estudiantes de la ceca a la meca atravesando la ciudad enterita, no parece muy lógico, ¿no? Sería una pérdida de tiempo, energía y dinero. Luego que nanai. ¡Ah! La lógica no debe ser el fuerte de nuestros políticos ¡cómo no me di cuenta antes! ¡Esto lo explica todo! Menos mal que el decano de medicina ha hecho presión. No se pueden llevar lo de la excelencia de campus si están separados no un par de metros, sino unos cuantos kmtrs. En estos momentos la situación está así. Yo me lo creo cuando lo vea y en el interim... ¡pobres estudiantes y profesores!
5. ¿Los accesos? Me refiero a llegar hasta el hospital en cuestión. Aquí necesitamos un milagrillo. Para no repetir lo que ya está ahí fuera, me remito a este artículo. Esperemos que sea algo exagerado, porque si no....

Y vosotros ¿qué opináis? ¿Es bonito? ¿Es una obra imprescindible? ¿Ya era hora de tener un nuevo HUCA? o ¿es un pelotazo de corrupción?

Ya sólo me queda disculparme con aquellos despistadillos que hayan caído en este blog, si han aguantado el peñazo hasta el final, claro.

Zancos, la nueva moda

A lo largo de los años los zapatos de tacón han ido evolucionando, hasta convertirse en zancos. Instrumentos de tortura con los que caminar se hace verdaderamente difícil para algunas, para mí de todo punto imposible.

¿Que por qué me los he comprado? No lo he hecho. Son de la enana. De mi niñita, sí. Junto con un vestido será su conjunto para la fiesta de navidad del Centro.

Temo por su integridad física. Si pierde el equilibrio está perdida. De la lesión no la salva nadie.

La extraña razón por la que las niñas - jovencitas de hoy en día se empeñan en destrozarse los pies - piernas con estos artilugios inverosímiles, se me escapa. Le pregunto a la enana, aquí a mi vera. Me nombra dos:

1. Hacen las piernas más bonitas
2. Les hace sentirse mayor y como modelos.

¡Ah! ¡Vale! ¡Acabáramos!

Otro asunto que se me escapa es esto de ponerse sandalias en invierno. Me da igual lo tupidas que sean las medias. Sólo de pensarlo me da frío. Es que soy muy clásica...
¿Existe un santo patrón del equilibrio? Será cuestión de ponerle una docena de velas. Es que doce centímetros no son baladí, sobre todo si acaban en medio centímetro cuadrado... También habrá que ponerles unas suelas antideslizantes. Prevenir es curar.

Al margen de todos los peligros ¿qué os parecen? ¿os las pondrías? ¿os gusta llevar sandalias en invierno y ya que estamos, botas en verano?

Fútbol de nuevo

Pues sí, la liga ha comenzado. No este fin de semana, no. Este ya es el quinto partido y lo que nos queda...

Para darle un poco de emoción al asunto, me perdí. Tenía que coger la carretera antigua hacia Lugones. De repente estábamos en Colloto. Se me borró del cortex cómo llegar. Debemos ser uno de los pocos que no usamos GPS...Y allí estaba yo a las puertas de Parque Principado y casi sin batería en el móvil. Después de una vuelta turística por la mitad de nuestra región, encontramos el campo de juego. Pero como llegamos con media hora de retraso, el pobre enanito comenzó el partido en el banquillo. Sorry!

Este año los benjamines juegan a fútbol 8. Nuestro equipo va el primero de la tabla. El sábado jugaron bastante mal, apelotonados y nada organizados. Aún así ganaron cuatro a cero. Se les está subiendo a la cabeza a estos enanos. Los padres de las estrellas opinan que tienen el Síndrome Barcelona. Mientras no sea el del Real Madrid...

Van a subir el primero de cada grupo y los cuatro segundos. En total unos 17 equipos. Entonces me pregunto ¿queda algún niño de 10 y 11 años que no juegue al fútbol? Lo dudo. Bueno, sería una alegría que nuestro equipo subiera.
Lo que me hace gracia es que estos niños, pequeñinos como son, se comportan como hombrecitos en el campo: corren, luchan, se desesperan, se baten el cobre (se oyen las patadas en las espinilleras). Después, cuando acaba la batalla, se duchan y al salir se metamorfosean de nuevo en nuestros niñitos mimosos. Esta vez, uno de nuestros jugadores al encontrarse a la salida con su madre, le sonrió abiertamente y con voz zalamera le dijo:

- ¡marqué un gol, mamá!

Galletas de anacardos

El nombre original de estas galletas es tan poético como galletas mexicanas de boda o pastelitos rusos de té. Por el aspecto me recuerdan mucho a los polvorones nuestros. El ingrediente principal son las nueces pecan, pero yo vivo en provincias, así que le he puesto anacardos. Sorprendentemente, el sabor de los anacardos se pierde, pero ganan una cremosidad especial. La próxima vez lo probaré con nueces de las nuestras.

Galletas de Anacardos
Unas 57 unidades

Ingredientes

• 2 tazas y media harina
• 125 gr. anacardos triturados
• 200 gr. mantequilla, temperatura ambiente
• 1/2 taza azúcar glass
• 2 cucharitas extracto vainilla
• azúcar glass para cubrir las galletas

Método

1. En un cuenco, mezcla harina y anarcardos y reserva.
2. Mezcla azúcar y mantequilla hasta formar una crema.
3. Añádele la mezcla de harina.
4. Dale forma tubular a la masa y envuélvelo en papel transparente de cocina.
   
5. Refrigéralo.
6. Enciende el horno a 165ºC.
7. Una vez firme, córtalo en tronchas gruesas y colócalas sobre una placa de horno engrasada o cubierta con papel de hornear.
8. Cuécelas 15 min. más o menos.
9. Una vez frías, espolvoréalas generosamente con azúcar glass.