Hoy es fiesta en Oviedo: Martes de Campo. Decidimos ir a Tazones a comernos el bollo, en busca de huellas de dinosaurios.Para aquellos que no son de la zona, aquí desembarcó el rey Carlos I el 19 de septiembre de 1571. Había mar brava y un habitante del pueblo lo llevó en cuello a tierra firme. Por esto el rey le otorgó un título, creo. Mamá, si estás leyendo esto, ¿cuál era el título?
Tazones vivía de la caza de la ballena hace muchísimos años, cuesta imaginarse a estos enormes cetáceos nadando por aquí cerca... ahora sólo se les ve en tierra firme...
Antes de comenzar nuestra excursión, visitamos la casa de las conchas.
Es espectacular y simpática. El paisano que lo hizo tardó la friolera de 20 años en completarla. No hay un solo centímetro sin cubrir: vieras, bigardos, centollo, almejas.... de todo. Y yo me pregunto, ¿tardo todos esos años porque estaba reuniendo las conchas, es decir, tenía que comerse primero el marisco, o porque es mucho trabajo, o una combinación de las dos?Comenzamos el ascenso hacia Villar,
El sol pegaba de lo lindo, aunque ya se veían las nubes cargadas de lluvia en lontananza. Vimos muchas florecillas silvestres en nuestro paseo:
Una vez superada la subida, atravesamos un bosque de eucaliptos. De repente, el mar se podía ver.Subimos y ... bajamos, cada uno en su estilo (más bien prehistórico)
En lo alto, nos encontramos un banco. Perfecto para comernos el bollo.Después de varios ensayos y errores, dimos con el camino. La vegetación exuberante había tapado casi por completo el cartel.
De nuevo para abajo,
Un minuto de relajo antes de volver a Tazones

3 comentarios:
martes, 25 mayo, 2010
Las huellas debían ser extraordinarias, pero no menos- por la cara de satisfacción de sus vástagos- que el monumental bocata.
Bss
¡Buen reportaje!
miércoles, 26 mayo, 2010
Precioso Tazones, estuvimos en Navidad, era casi de noche y no capté el detalle de la casa de las conchas. El centollo con el puro... sin palabras.
bsines
miércoles, 26 mayo, 2010
Sr. Tordon: ¡No eran bocatas, era el bollu! Pero no se lo terminaron...
Fue una excursión bonita y hoy tengo agujetas.
Besos
Pues merece la pena volver a verlo, Pulguilla, es un pueblo con mucho encanto. Los enanos se quedaron con ganas de probar la temperatura del agua.
Besos
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