martes, 29 de septiembre de 2009

Vivo en Absurdistan

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Martes, 29 de septiembre: San Miguel.

A los comerciantes - restaurantes - bares - cafeterías de la zona les ha dado por celebrarlo. Por aquello de la crisis. No podían esperar al finde. No. Spain is different.

Se cierra la rotonda, se planta un escenario, un hinchable, una chocolatada, un mini tiovivio. Hasta water público tenemos (premio para el que lo vea). Total, la rotonda sólo es una de las más frecuentadas de la ciudad...
Mientras, en casa, intentamos seguir con nuestra rutina: merienda, deberes, tareas. Es que es martes. Hoy hubo colegio, mañana habrá colegio, tendremos que ir al curro, habrá que hacer la compra, tendré que cocinar. Lo normal.
El tiempo pasa. Momento folklore. Un señor se sube al mini escenario y nos canta y cuenta chistes de lo más inapropiado: al fin y al cabo el público son padres con sus niños pequeños (los únicos que no tienen que estudiar para mañana). Físicamente está en el escenario, pero lo oigo como si estuviera sentadín a mi lado, en mi salón.

Supongo que si al final del día la caja está llena, en el futuro tendremos la semana grande de San Miguel, directamente empalmando con las fiestas del pueblo...
La Luna sale, la juerga continúa. Lo gracioso es que para este evento han parado la fuente. No hay mal que por bien no venga. Oímos más la fiesta que la tele.

Son las 22:00. Están repartiendo premios. Comienza la música en directo de nuevo. Más folklore. Me pregunto cuándo voy a poder irme a la cama. Es que mi ventana da a la plaza...

viernes, 25 de septiembre de 2009

Entre-tiempos

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Estamos en esa época del año de tiempo inestable. Ni frío ni calor. Cero grados.

Abro la puerta del armario, me siento confundida. ¿Me pongo ya las medias? ¿Puedo aún ir con sandalias y no pasar frío? Un día hace veinticinco grados, al día siguiente caemos en picado a los quince. Sí, efectivamente, hoy quiero hablar del tiempo.


El otro día aprendí con el enano nº2 que la cantidad de luz que recibimos en otoño y en primavera es la misma. ¡Ah! Por eso algunas plantas están todas confundidas, echando ramas, tallos, capullos y de más. ¡Soy un arbusto! Caben dos opciones:
  • Huida hacia adelante, aprovechando los últimos días dorados de sol, imaginando que es verano (esto equivale a los brotes de algunos árboles) o
  • Dejar marchitar las hojas, parar la actividad, es decir, sumirme en la melancolía perezosa de lo que se nos viene encima, días cortos, noches largas, frío, viento...
Se me ocurre salir a la calle a ver cómo enfrentan mis conciudadanos este problemilla. De paso a lo mejor me entero de las tendencias para la temporada otoño/invierno.

Todavía hay turistas en la ciudad, me inclino entonces por ropa de verano.
¡No! ¡Un momento! Esto es otra historia:
Las hay que visten por el calendario: look invierno total. ¿Quién no ha podido soportar alguna vez la presión de estrenar ese nuevo conjunto que se ha comprado? Yo, desde luego, no.
También ellos, con un toque más clásico.
Hay quien se pone alguna prenda de invierno, pero mantiene los pies aireados.
También tenemos el caso contrario. Ya se sabe que los catarros empiezan por los pies.
Hay quien presume de bronzeado y piernas (porque yo lo valgo) y otras ya han desempolvado los leotardos.
Hay quien apura el verano hasta el final. Todavía se puede mostrar la piel tostada (aunque yo me empiezo a ver amarillenta...)
También ellos saben vestirse adecuándose a la temperatura.

Este estilo no sé cómo catalogarlo: bohemio, glamouroso, chic pero informal, desde luego original. Ni siquiera sé si es de verano o de invierno... (y no, no estaba embarazada).
Veo zapatos de verano...
... y de invierno (estilo pezuña de caballo).
Está claro que el estilo pitillo con botas se va a seguir llevando
Los legging irrumpen con fuerza, a llevar con botas ...
...o con zapatos.Para los más jóvenes, se sigue llevando el tiro muy muy bajo, así que hay que comprar calzonzillos bonitos y un buen cinturón...
Conclusiones: esta ciudad es una pasarela. La gente se mueve con elegancia. Sigo sin saber qué ponerme.

martes, 22 de septiembre de 2009

Fuegos de artificio

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Como todos los años, la ciudad comenzó el día grande de las fiestas de San Mateo, con unos magníficos fuegos artificiales.

Saqué el trípode, abrí la ventana. Una muestra de lo que vimos:
Luces alocadasUn collar para el cielo
Palmeras
Colores
La traca final
¡Feliz San Mateo! (con un día de retraso...)

sábado, 19 de septiembre de 2009

Mi despertar

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Érase una vez una niñita de ojos marrones y nariz chata, un tanto aturdida. La niña creció, se convirtió en muchacha, luego en mujer. Sin embargo, como casi todos, siguió viéndose como esa niñita en su corazón.

La vida fue pasando y pesando... hasta que un día, hace cuatro años, desperté. Me caí de la cama. Con batacazo incluido. Lo ví claro, tuve una epifanía: Sólo tengo una vida. Esta vida. No hay segundas oportunidades. Es aquí y ahora.

Mira tú por donde, la vida es en tecnicolor cuando tienes los ojos abiertos. Todo es más intenso cuando sabes que ese momento que está pasando no volverá.

Por eso desde entonces toco (aporreo) el piano, juego (más o menos)al tenis, tengo una reflex digital, un blog, me dedico a la repostería, leo los clásicos...Intento exprimir cada momento. Cada uno lo planeo, lo disfruto y recordándolo, lo saboreo.

¿Qué falta para que la felicidad sea completa? Que mis enanos despierten ahora. Que vivan su vida con pasión desde ya. ¿Cómo trasmitirlo? Ni idea. Sólo puedo seguir como hasta ahora con la esperanza de que les llegue la onda.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Carcel de Amor, Diego de San Pedro

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Una vez más, me ha encantado. Sólo siento habermelo leído tras La Celestina. Un fallo técnico - cronológico.


¡Qué pena me dan Leriano y Laureola! Debemos extraer una lección de todo esto. La intención de Leriano es casarse con Laureola, pero en vez de pedirle la mano a su padre intenta tomar contacto con ella directamente. Planta la semilla de su desgracia. ¡Qué difícil es esperar! ¡Qué duro el castigo! San Pedro consigue que tengamos simpatía tanto por uno como por el otro en sus sufrimientos respectivos, así como que aceptemos su infelicidad mutua y el trágico final nos parezca lógico.

Enternecedoras las razones de Leriano cita para fundamentar el respeto que los hombres deben a las mujeres. ¡Lástima que hayan caído en saco roto por tanto tiempo!

En definitiva, una obra maestra. Por su gran maestría en la construcción de la trama. Por su lenguaje bellísimo. Por su argumento cautivador.

Esta obra es la última de literatural medieval española. Se puede decir que me he leído lo más básico. Ya soy un poco menos ignorante.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Sanabria

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Hoy me he levantado dando un salto mortal... No, esperad, ¡eso es una canción! Mi salto no fue mortal pero fue. Salté de la cama, hice el desayuno (normalmente lo hace mi mejor mitad pero está de viaje), puse la lavadora y el lavavajillas, preparé el almuerzo, recogí un poquitín la cocina, me lavé, me vestí y salí pitando hacia el curro (de paso se me olvidó sacar el segundo plato del congelador...pero eso es otra historia). He aquí mi rutina para los próximos diez meses. Disgrego. En realidad hoy os quiero hablar de nuestro pasado fin de semana. En Sanabria. Puebla de Sanabria. Para los tan ignorantes como yo: Sanabria es una región, no un pueblo. Existe Puebla de Sanabria, Vigo de Sanabria, Villarino de Sanabria, Quintana de Sanabria...


Llegamos el sábado a medio día y nos fuimos directos a hacer un pic-nic al lago. Escogimos la playa de Viquiella. El lago es precioso, la temperatura ideal, el paisaje fantástico. Es gracioso, tan sólo dos horas y media más allá de nuestra región y todo es diferente: los árboles, el olor, el paisaje, la gente... En Sanabria ya es otoño, aunque haga calor. Hay que tener en cuenta que estamos a casi 1.000 metros de altura.

Los niños alquilaron un patín y se fueron a inspeccionar el lago, mientras nosotros nos tumbábamos a la bartola.
Las nubes comenzaron a aparecer, a juntarse.
Ahí las tenemos de conversación. Las nubes, no las piernas. Al final decidieron hacer una fiesta con truenos y rayos incluídos y nos cayó un buen chaparrón.

Cogimos el coche y subimos al mirador de laguna de peces, o algo así. Desde arriba se puede ver el lago y la sierra de la Culebra perfectamente.
La verdad es que el parque natural es magnífico. Este es uno de los pocos lagos de origen glaciar en España. Cuenta la leyenda que fue el mismísmo apostol Santiago quien lo creó. Golpeó el suelo con su bastón por un enfado. Las leyendas siempre son más bonitas que la realidad...

Seguimos subiendo hasta San Martín de Castañeda. Allí hay un bonito monasterio (imagino que restaurado) que ahora es un centro de interpretación.
Cuando las nubes decidieron acabar su guateque, visitamos Puebla de Sanabria.
Es todo piedra y pizarra. El reflejo del sol de la tarde sobre las piedras de las casas es realmente bonito (¿me veís?, soy la sombra).
Los balcones castellanos, las parras subiendo por las paredes, las calles angostas y empinadas, las casas señoriales. Encantador.
Como no podía ser de otra manera, en Puebla hay un castillo, el castillo de los Condes de Benavente que por supuesto visitamos.
Nos encantó. A los enanos porque todo se podía tocar. Nada más entrar te podías disfrazar de caballero, más tarde de peregrino. A mí porque están muy bien explicado todos los aspectos de la región: su historia, ecosistema, geografía, economía, vida en la edad media... por supuesto no me dio tiempo a leer todo, ¡no vayáis a pensar que me he convertido en una enciclopedia andante!
Íbamos subiendo niveles y explorando recovecos. A veces en el interior, a veces en el exterior. Los enanos 2 y 3 matando imaginariamente a todo lo que se menease. Me imagino a los primeros inquilinos, vigilantes, oteando el horizonte.
Disfrutamos de la puesta del sol desde el castillo. Hora de ir a cenar y a la cama.
Ya es domingo. Llevo a mi mejor mitad a su competición de triatlón. Por eso estamos aquí. Esta vez se trata de un doble olímpico:
  • 3 km. nadando
  • 80 km. en bici
  • 20 km. de carrera
A la vuelta, al entrar en el pueblo, me encuentro con esta vista. El castillo y la iglesia de Santa María del Azogue.
Mereció la pena despertarse a las siete, he sido recompensada.

Una vez desayunados, decidimos ir a ver al deportista para animarlo. Antes de llegar pasamos por el río Tera.
Aquí lo tenemos después de la primera prueba, los tres km a nado. Parece contento y fresco como una lechuga.
Lo dejamos encaramado a la bici...
y nos vamos a la playa de nuevo. Esta vez los enanos quieren ir a Custa Llago porque los patines tienen tobogán.
El hombre del alquiler de patines insiste que puedo ir con ellos (yo estoy vestida y no me apetece nada, pero acabo cediendo). Tenían razón. En este momento el sol incide de tal manera sobre el agua que refleja.
Es hora de zambullirse.
El entusiasmo no nos cabe en el cuerpo. La enana propone cantar. Ya no me acordaba, pero así es. Cuando la felicidad nos sale por los poros ¡dan ganas de cantar!

Me enseñaron la isla que "conquistaron"
Vimos las algas, lo que les quitó las ganas de tirarse al agua cerca de la isla...
Necesitaría un filtro polalizador para que la foto saliera verdaderamente bien, pero con un poco de retoque se hace uno a la idea. ¡Ni pagándome me meto ahí!

De vuelta a la playa hasta me baño yo. Se me hace raro entrar en agua dulce y sin olas. Las olas ayudan, vienen y van, te mojan y te arrastran.

El tiempo pasa inexorablemente. Pienso que nuestro deportista debe estar ya casi llegando a la meta. Esta está en Santibáñez de Vidriales. ¡Vamos a por él!
¡Bravo! Seis horas y no sé cuántos minutos después del comienzo (seis horas y media me dicen), aquí está. Mejoría notable desde el año pasado en Vitoria. Además aquí el recorrido tanto de bici como a pie es una montaña rusa: arriba y abajo. Para más inri, viento en contra... Nos llega de una pieza, que ya es mucho decir.
Y nos fuimos de vuelta a casa, con el firme propósito de volver para hacer alguna de las rutas por este fantástico parque natural.