Martes, 29 de septiembre: San Miguel.
A los comerciantes - restaurantes - bares - cafeterías de la zona les ha dado por celebrarlo. Por aquello de la crisis. No podían esperar al finde. No. Spain is different.
Se cierra la rotonda, se planta un escenario, un hinchable, una chocolatada, un mini tiovivio. Hasta water público tenemos (premio para el que lo vea). Total, la rotonda sólo es una de las más frecuentadas de la ciudad...
Mientras, en casa, intentamos seguir con nuestra rutina: merienda, deberes, tareas. Es que es martes. Hoy hubo colegio, mañana habrá colegio, tendremos que ir al curro, habrá que hacer la compra, tendré que cocinar. Lo normal.
El tiempo pasa. Momento folklore. Un señor se sube al mini escenario y nos canta y cuenta chistes de lo más inapropiado: al fin y al cabo el público son padres con sus niños pequeños (los únicos que no tienen que estudiar para mañana). Físicamente está en el escenario, pero lo oigo como si estuviera sentadín a mi lado, en mi salón.
Supongo que si al final del día la caja está llena, en el futuro tendremos la semana grande de San Miguel, directamente empalmando con las fiestas del pueblo...
La Luna sale, la juerga continúa. Lo gracioso es que para este evento han parado la fuente. No hay mal que por bien no venga. Oímos más la fiesta que la tele.
Son las 22:00. Están repartiendo premios. Comienza la música en directo de nuevo. Más folklore. Me pregunto cuándo voy a poder irme a la cama. Es que mi ventana da a la plaza...
A los comerciantes - restaurantes - bares - cafeterías de la zona les ha dado por celebrarlo. Por aquello de la crisis. No podían esperar al finde. No. Spain is different.
Se cierra la rotonda, se planta un escenario, un hinchable, una chocolatada, un mini tiovivio. Hasta water público tenemos (premio para el que lo vea). Total, la rotonda sólo es una de las más frecuentadas de la ciudad...
Mientras, en casa, intentamos seguir con nuestra rutina: merienda, deberes, tareas. Es que es martes. Hoy hubo colegio, mañana habrá colegio, tendremos que ir al curro, habrá que hacer la compra, tendré que cocinar. Lo normal.
El tiempo pasa. Momento folklore. Un señor se sube al mini escenario y nos canta y cuenta chistes de lo más inapropiado: al fin y al cabo el público son padres con sus niños pequeños (los únicos que no tienen que estudiar para mañana). Físicamente está en el escenario, pero lo oigo como si estuviera sentadín a mi lado, en mi salón.
Supongo que si al final del día la caja está llena, en el futuro tendremos la semana grande de San Miguel, directamente empalmando con las fiestas del pueblo...
La Luna sale, la juerga continúa. Lo gracioso es que para este evento han parado la fuente. No hay mal que por bien no venga. Oímos más la fiesta que la tele.
Son las 22:00. Están repartiendo premios. Comienza la música en directo de nuevo. Más folklore. Me pregunto cuándo voy a poder irme a la cama. Es que mi ventana da a la plaza...