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Aprovechando nuestro viaje a la capital, llamamos a unos amigos muy queridos que conocimos en Brasil: S y D. Ahora ya tienen dos hijos y viven en Madrid, en un super piso fantástico que me encantó.
Para celebrar este encuentro nos fuimos a comer al rodizio. Este es un tipo de restaurante brasileño, donde por un precio fijo, una tarifa plana como quien dice, puedes comer hasta reventar. Te ofrecen un bouffet frío con todo tipo de ensaladas, quesos y fiambres y otro caliente con especialidades brasileñas como fejâo y farofa. Pero esto sólo es una distracción, hay que ser fuertes y resistir. Lo grande del rodizio (traducido: turno) es la carne. La preparan a la brasa y está de miedo. La primera vez que lo probé fue una revelación para mí ¡qué delicia! Te traen la carne directamente de la brasa clavada en espetos (espadas) gigantes y te la cortan en el plato, calentita y en su punto, con un enorme cuchillo todas las veces que quieras. Es un espectáculo. Son diferentes cortes de diferentes animales: buey, ternera, cerdo, pollo, cordero... en Brasil también había caimán y serpiente... Me gustaría tener una foto del otro día pero no me di cuenta. Sólo tengo a los niños.
Algunas, a pesar de la edad, aún les gusta disfrazarse... claro que hay gente a la que no se le pasa y van disfrazadas por la calle....
Hacía mucho tiempo que no nos veíamos y nos lo estábamos pasando en grande, S y D que son muy hospitalarios nos invitaron a tomar una copa en su super piso. La copa se prolongó y he aquí a los enanos cenando (los adultos no necesitamos comer hasta el día siguiente...)
S, además de ser encantadora es una artista. Hace unos años que se ha puesto a pintar. El cuadro que se ve en la foto lo ha hecho ella y me encanta. Es una pena que no quiera pintar bodegones, porque me gustaría tener uno, ¿lo pillas, S?
Por fin, nos tuvimos que ir a casa, para dejar que nuestros amigos descansaran un poco. El enano nº 3 durmió con nosotros en el cuarto, porque la calefacción en casa de mi hermano no funciona muy bien. En nuestro dormitorio teníamos una estufa... El colchón estaba al lado del armario con espejo. Niño+espejo=
Es inevitable. Lo de poner muecas en el espejo es muy humano, lo que pasa es que los adultos intentamos disimularlo o darnos a ello cuando estamos solos. Los niños no se cortan un pelo, si hay un espejo no hay fuerza humana que consiga que no hagan muecas.
Tiramisu
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Este postre conocido y apreciado por mucha gente, no es antiguo sino que
fue creado alrededor de los años 50 del s.XX, y es de facil elaboración,
como s...
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