En Alemania es fiesta también hoy. Lo llaman segundo día de navidad. Todo está cerrado y no se trabaja. Lo normal es estar con tu familia, en tu pueblo de origen. Casi como María y José en Belén. Aprovechando esta circunstancia, nos reunimos con nuestros amigos en una cervecería para tomar el bruch.Me encanta comer un buen brunch, y este estaba de miedo. Ya no necesité comer el resto del día. Estuvo bien ver a los amigos, al menos una vez al año. Ver a sus hijos cada año mayores. Preguntar qué es de sus vidas, sus trabajos, sus nuevas aficiones, planes para el verano...
Primero había que llegar hasta allí. La ola de frío ya estaba con nosotros, así que lo primero que tuvimos que hacer fue rascar las ventanas del coche que estaban cubiertas de hielo. Hace un frío tremendo. Sobre todo porque el aire que sopla viene directamente como mínimo del polo...
Esta vez teníamos unos ayudantes encantados de hacer el trabajo sucio.
Me hace recordar las veces que tuve que rascar el coche durante los inviernos que viví en este país. Ya se me había olvidado...Por la noche tocó cocina española. Hicimos croquetas de pavo, empanada y, como no, tortilla de patata. Es divertido cocinar todas juntas. A la enana le encanta estar con sus primas mayores. Creo que le hace sentirse mayor. Supongo que será genial tener hermanas si eres chica o hermanos si eres chico. Es una experiencia que no tengo.
¡Tanto trabajo! En media hora estaba todo cepillado. El año que viene confeccionaremos otros platillos, no se vayan a creer que esto es lo único que tenemos que ofrecer...
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