¡Hola de nuevo!
Revisando mi ordenador además de en mis pliegues cerebrales (que aún queda alguno pero está todo bastante planchado), he comprobado que tengo no una ni dos, no, la friolera de ocho recetas en la rampa de lanzamiento. Ocho diferentes platillos, de todo tipo, fotografiados, catados y comprobados.
Por eso, he decidido inagurar la semana de la culinaria: cada día una receta y el sábado, dos. Así que ¡desabróchensen los cinturones! Comenzamos con los cubiletes.
Este es el pastel preferido de mi enano nº2 que es muy asturianín él, según para qué cosas (para el fútbol, del Madrid). Y es que estos bocaditos (contundentes) se encuentran habitualmente en nuestras confiterías. Los pobres mortales que sufren desterrados la vida fuera de la región no pueden disfrutar de ellos. Ya se sabe que esto es el paraíso...
¿Qué es un cubilete? Un delicioso contenedor de masa quebrada dulce, relleno de una masa a base de almendra en polvo. Naturalmente, o quizá debería decir desgraciadamente, en las confiterías sustituyen buena parte de la almendra por algún tipo de harina, supongo que de batata, añadiéndoles esencia de almendra. No está mal, pero no es lo mismo.
Tuve la suerte de recibir la receta del profe de pastelería de una escuela de repostería, así que salen niquelados. No tienen pérdida. Después de este rollo que os he soltado, os recompenso con la receta: ¡delantales fuera y manos a la obra!
¡Ah! Un último detalle. Necesitamos el molde.Lo encontraréis en Ikea. Dudo que en Suecia conozcan los cubiletes, pero nos viene que ni pintado, ¡oye!
Cubiletes
12 cubiletes
Ingredientes
Para la masa quebrada
Revisando mi ordenador además de en mis pliegues cerebrales (que aún queda alguno pero está todo bastante planchado), he comprobado que tengo no una ni dos, no, la friolera de ocho recetas en la rampa de lanzamiento. Ocho diferentes platillos, de todo tipo, fotografiados, catados y comprobados.
Por eso, he decidido inagurar la semana de la culinaria: cada día una receta y el sábado, dos. Así que ¡desabróchensen los cinturones! Comenzamos con los cubiletes.
Este es el pastel preferido de mi enano nº2 que es muy asturianín él, según para qué cosas (para el fútbol, del Madrid). Y es que estos bocaditos (contundentes) se encuentran habitualmente en nuestras confiterías. Los pobres mortales que sufren desterrados la vida fuera de la región no pueden disfrutar de ellos. Ya se sabe que esto es el paraíso...
¿Qué es un cubilete? Un delicioso contenedor de masa quebrada dulce, relleno de una masa a base de almendra en polvo. Naturalmente, o quizá debería decir desgraciadamente, en las confiterías sustituyen buena parte de la almendra por algún tipo de harina, supongo que de batata, añadiéndoles esencia de almendra. No está mal, pero no es lo mismo.
Tuve la suerte de recibir la receta del profe de pastelería de una escuela de repostería, así que salen niquelados. No tienen pérdida. Después de este rollo que os he soltado, os recompenso con la receta: ¡delantales fuera y manos a la obra!
¡Ah! Un último detalle. Necesitamos el molde.Lo encontraréis en Ikea. Dudo que en Suecia conozcan los cubiletes, pero nos viene que ni pintado, ¡oye!
Cubiletes
12 cubiletes
Ingredientes
Para la masa quebrada
- 200 gr. harina
- 200 gr. matequilla, temperatura ambiente
- 50 gr. azúcar (mejor glass)
- 25 ml. leche
- aroma al gusto: vainilla, ralladura de naranja o limón (yo le puse esta última)
- 250 gr. almendra cruda y pelada (o polvo de almendra)
- 275 gr. azúcar
- 2 huevos, L
- 50 ml. jerez seco o manzanilla
- azúcar glass
- Para hacer la masa quebrada, juntamos todos los ingredientes, sin amasar mucho, hacemos una bola, la envolvemos en papel transparente y la dejamos reposar una hora en la nevera. Ahora toca darle al magín.
- Medimos nuestro molde. Vemos que tiene 4 cm de altura por 13 de ancho y el culo 4 cm de diámetro. Vale. Apuntamos estos datos si tenemos la memoria débil como servidora.
- Mientras nuestra masa reposa para estar bella; engrasamos y enharinamos bien el molde, no queremos que se rompan los cubiletes al sacarlos. Seguimos matando el tiempo con la confección del relleno.
- Trituramos las almendras. Ya sabéis que es mejor mezclar el fruto seco con algo de azúcar para que no pierda la grasa en el molde. En otro cuenco, batimos los huevos. Juntamos estos dos ingredientes, les añadimos azúcar y jerez. Revolvemos. Reservamos. ¡No!, ¡no lo pruebes! ¡Sé fuerte! (No como yo).
- ¿Ya pasó una hora? Si sí, continuamos. Si no, nos vamos a dar una vuelta por la casa, por la ciudad, leemos algo, regamos las plantas... Sacamos la masa, extendemos sobre superficie enharinada con unos 2 mm. de grosor. Con una regla hacemos rectángulos de 4x13 cm. Además necesitamos los fondos. Si tienes un cortapasas perfecto. Si no, puedes recortar un círculo de 4 cm de diámetro con cartón y usarlo de patrón. Viendo estas líneas os podéis imaginar mi nota de dibujo técnico... pero esa es otra historia.
- Forramos los moldes. Uno tras otro, con paciencia y buen pulso. También encedemos el horno a 180ºC.
- Llenamos cada uno hasta arriba y los cocemos durante 25 min. Bueno, como siempre, depende del horno, tienen que estar doraditos, así:
- Dejamos que se enfríen un poco antes de desmoldarlos. Los colocamos sobre una rejilla. Espolvoreamos con azúcar glass.