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¡Qué emoción! Ya hace semanas mi enanita piensa en este momento: una salida con las amigas. En el centro comercial. Que ya no haya cines en la ciudad hace todo más difícil. Hay que taer y llevar al ganado. Esta generación no disfrutará de la libertad que nosotros tuvimos de movernos por la ciudad, primero un cine y luego una bolsa de pipas en cualquier plaza mientras hablábamos de lo humano y lo divino. Encima ahora todo va acompañado de "comprar", no se puede pasear sin más, como estás en un centro comercial...
He trascendido, aunque no me gusta la idea. Si empezamos así con trece años, a los diez y siete estamos de vuelta. Soy una carca, no me importa que se enfade conmigo. Esto es una excepción y siempre supeditado a las notas que, por cierto, están siendo excelentes en su conjunto.
Este es el conjunto que ha elegido para tan magna ocasión:
La producción ha sido elaborada y muy cuidada y puedo afirmar que estaba muy contenta consigo misma. ¡Ay!¡Divina juventud!
Por otro lado, yo sigo jugando con mi cámara. Me encantaría tener uno de esos mamotretos con un teleobjetivo gigantesco y con enfoque manual y posibilidades infinitas. Pero por ahora me contento con mi Casio Exilim que hace unas fotos fantástica para ser automática y pequeñísima.
Este es un colgante comprado en Portugal. Parece mentira que un hilo y unos cuantos botones puedan resultar en un collar tan bonito. No suelo ponerme bisutería. No me siento cómoda y no sé cómo combinarla. Llevar enormes piedras colgadas del cuello, de la mano o del dedo no es lo mío. Este collar es la excepción. Me encanta. Es original y es colorido.
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Tiramisu
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Este postre conocido y apreciado por mucha gente, no es antiguo sino que
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como s...
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