lunes, 23 de febrero de 2009

De Madrid para casa

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Imprime esta entrada Objetivo cumplido: en tres semanas nos mandan el pasaporte de la enana. Esto es eficacia y lo demás son cuentos.

Metemos a la niña en el coche y nos ponemos en camino.

Cámara en ristre, me propongo captar algunas instantáneas que reflejen lo que este recorrido significa para mí. Lo tomo también como un ejercicio fotográfico. Estoy dentro de un coche que va a toda velocidad. Al principio me salen las fotos movidas, hasta que coloco el programa en Tv y en 1/1000 como mínimo. Me lanzo a hacer fotos. Intento incluso el contraluz en programa manual. El resultado: la foto de la enana.

¿Qué paisaje asocio directamente con Madrid? Bosques de pinos y la sierra. El primer obstáculo a franquear para llegar a casa.
Aquí todavía no tenía bien ajustado el tiempo de exposición.

La meseta es tierra de castillos. Grandes, pequeños, restaurados, destruidos:
También tenemos la fauna local por ejemplo, las cigüeñas que ya han vuelto y las ovejas:
Novedades, desde hace relativamente poco: nuevos métodos de obtener energía. Además de grandes plantaciones de girasoles o trigo, hay nuevos molinos y placas solares.
Hay tres paisajes que asocio con la meseta: bosquecillos de pinos plantificados en la estepa, llanuras interminables, pequeños oteros. Se me queman los ojos buscando las montañas. Las echo en falta.
Una muestra de castellano puro:

Nos comimos unos bocadillos enormes, que tardaron muchísimo en hacer. De nuevo al coche, siguiendo la flecha.
Después de muchos quilómetros, pasamos el Huerna. Llegamos. El paisaje es radicalmente diferente. Montañas, agua, verdor.
Al fin en casa.

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