martes, 9 de febrero de 2010

Montjuïc, la Barceloneta y la Ciudadela

2 comentarios
Imprime esta entrada Ya era nuestro cuarto y último día completo en la ciudad.

Hoy nos decidimos a comenzar por la zona olímpica: el Montjuïc.

Para llegar primero se pasa por la plaza de España. Nada que ver con el barrio gótico. Aquí todo es grande, espacioso. Una zona nueva.
Seguimos subiendo. Para llegar a la zona olímpica, que era nuestro objetivo, se pasa por el Pueblo español. Pensando que era otra cosa, nos metimos. Craso error. Es un gran museo - centro comercial (en el que encima has pagado para entrar) al aire libre de reproducciones de diferentes estilos arquitectónicos que se pueden encontrar a lo largo y ancho de nuestra geografía. Si eres un extranjero que vas a pasar cuatro días en España, pues vale, te la has recorrido en tres horas. Pero nosotros tenemos la oportunidad de verlo en vivo y en directo que es mucho mejor. Por la descripción, pensamos que se podía ver cómo los artesanos trabajan. La mayoría de los establecimientos estaban cerrados. Lo único que se podía visitar era la fábrica de vidrio.
Este pueblo español fue construido con motivo de la exposición universal de 1929, teniendo tal éxito que ahí sigue. dos Expos, una olimpiada... ahora es cuando te das cuenta de las carretadas de dinero que se han inyectado a la zona.

Por fin culminamos la montaña, llegamos al complejo olímpico. Es espectacular, grandioso. Da un poco de pena verlo tan vacío y dolor ver que a algo pagado con el dinero de todos los españoles le hayan puesto el nombre de un traidor: Companys. En fins.
Toda ciudad moderna que se precie debe tener, al menos, un edificio o construcción de Santiago Calatrava... Barcelona no iba a ser menos. A mí me encantan. Esta en concreto se apoyaba aparentemente en un vértice de la base por un lado, preparada para despegar en cualquier momento...

Según nuestra guía, se podía entrar por la puerta del maratón al estadio olímpico. Si esto alguna vez fue así, ya no lo es. No pude hacer una foto de mi mejor mitad entrando triunfal.
Espero que estuvieran arreglando el cesped, porque tenía un aspecto lamentable.

Comenzamos la bajada, en dirección a la Barceloneta. Leemos en nuestra guía que en 1992 se demolieron todos los chiringuitos de la playa. Claro, para las olimpiadas. De aquí debe haber salido la idea de quitarlos de toda España. ¡Qué pena! A mí me gustan mucho.
Al acercarnos, nos topamos con este cuarteto. Se lo estaban pasando divinamente actuando. Eran de lo más simpáticos. No sólo tocaban. Cantaban y bailaban a la vez también.
En la Barceloneta te sientes como si estuvieras de vacaciones. Tal vez suceda con todas las ciudades con playa. Dejas el trabajo, te pones cómodo y te vas a dar un paseo por la playa. Relajo total. Olvido automático de las preocupaciones. Maravilloso. Eso sí que es calidad de vida.
Al final del paseo, antes del puerto olímpico, está esta escultura: la ballena de Frank Gehry. Es de bronce y recuerda una ballena que baró en la playa. De lejos parece sólida, pero de cerca ves que es una estructura.

También al final hay este edificio, que me gustó mucho. Es muy original. Creo que es un hospital o una residencia.
Nos dirigimos por último a la Ciudadela. De camino vimos esculturas, entre ellas la pareja de nuestro super culo de Úrculo, versión femenina. En realidad es lógico que exista. Este está menos pulido, no tienen un alcalde como el nuestro.
Barcelona, como todas las ciudades grandes, está llena de contrastes. Pegadito a un edificio a punto de derrumbarse (o eso nos parecía) estaba otro ultra moderno. Muy peculiar.
La Ciudadela es un parque de lo más encantador. Es ideal para pasar el día y hacer un pic-nic.
Ya de camino a casa (hotel) pasamos por el arco de triunfo. Es completamente diferente a los otros que había visto hasta ahora.
Este arco se hizo con motivo de la Expo de 1888. Lo diseñó José Villaseca y Casanovas, en estilo mudéjar y ladrillo rojo. Tiene detalles originales, como unos pequeños murciélagos que cuelgan de final del arco de medio punto.

Esto fue todo por hoy. Ya sólo nos quedan unas horas, pero os las contaré en el próximo capítulo.

2 comentarios:

Ana María Hernáez says:
martes, 09 febrero, 2010

Le has sacado un enrome partido a la ciudad y al relato. Estupendo, entre mis recuerdo y tu descripción ya no tengo que ir por ahí.Me doy por paseada e informada.
De verdad, todo muy bonito y bien retratado
besos

Ana H.H. says:
miércoles, 10 febrero, 2010

Pues a mí me han quedado ganas de volver. Aún me quedan zonas de la ciudad por descubrir y me gustaría saborear otras. Lo dicho: Barcelona bien vale un viaje (o varios).
Besos