miércoles, 27 de enero de 2010

Barcelona: La Sagrada Familia

7 comentarios
Imprime esta entrada Nos levantamos no tan frescos y no tan temprano como el día anterior, y decidimos visitar la Sagrada Familia.

Primero fuimos a desayunar por el barrio. Desde allí se podía ver nuestro hotel en todo su esplendor.
Con la barriguita llena y el corazón alegre tomamos el metro. El metro de Barcelona tiene una singularidad: no tiene puertas que separen un vagón de otro. El efecto es extraño. Como si hubiera un espejo y tu vagón se reflejara hasta el infinito.
Cuando llegamos a nuestro destino, constatamos con consternación que no habíamos sido los únicos en alumbrar esta idea.
Con nosotros estaba media Italia, parte de España y por supuesto un montón de alemanes, los japones de Europa (están por todos lados, oye, ¡hasta en casa!). Tras breve deliberación decidimos que no habíamos venido para divertirnos, sino para conocer: somos turistas muy sacrificados... nos pusimos a la cola.

Lo primero que notas al llegar, es el diferente estilo entre fachadas. Lo primero que ves es la más antigua, la del nacimiento. Por el otro lado está la de la pasión:
De más cerca:
Como dice mi mejor mitad, muchas pelis y series de ciencia ficción se deben haber inspirado en este estilo modernista para crear a sus monstruos. Gaudí representa las formas humanas extremadamente angulosas, torturadas, angostas (claro, es la pasión), mientras que cuando se trata de plantas y flores es capaz de dotar a los mismos materiales de voluptuosidad. Todo son curvas y volumen.

En definitiva, el color de las piedras, los estilos, las dimensiones son diferentes. Pero, ¿por qué?

En su origen, este templo expiatorio fue comenzado en 1877 por el arquitecto Francisco de Paula del Villar, quien lo concibió como un templo de estilo neogótico. ¿Quién era su delineante? Lo habéis adivinado, Gaudí. Después de construir la cripta en 1883, se peleó con José Mª Bocabella, el promotor de la obra y se marchó. Desde aquí Gaudí retomó la obra, rediseñándola por completo. ¿Cuándo se terminará? En mi opinión tienen para cien años más como mínimo. Si comparamos lo que hasta ahora está acabado con las dimensiones finales... es una obra faraónica. Además Gaudí no se molestó en plasmar sobre el papel sus ideas de manera bien explicada y detallada, por lo que hay que intentar meterse en su cabeza e interpretar sus proyectos.

Se puede subir a las torres, pero nosotros no lo hicimos. Ya no dejan subir a pie y la cola para el ascensor era aún más larga que la cola para entrar, o al menos eso nos pareció.

Aparte de la diferencia notable de estilos entre las fachadas este y oeste, se aprecia mucho esta laguna en el claustro, que podéis ver en este montaje, por dentro, muy cargado y florido y por fuera, neogótico.
Es un micro claustro. O tal vez sólo nos dejan ver un cachito. En una parte del claustro hay una exposición muy interesante sobre la vida de Gaudí y su manera de diseñar. Él consigue dotar a materiales aparentemente rígidos y estáticos de dinamismo y movimiento. También se muestra los árboles, plantas y flores en los que se inspiraba para adornar sus creaciones, como por ejemplo los adornos de las torres:
No falta detalle: el cáliz con el vino, las uvas, el trigo, la forma consagrada, acompañada de esa explosión de color de los mosaicos, que brillan al sol... son espectaculares.
Después de recorrer y admirar el templo desde fuera, nos dimos un paseo por el interior.
Algunos ventanales tienen vidrios de colores, otros no (¿alguien sabe por qué?). Las columnas emulan árboles, el conjunto un bosque, cuyas copas terminan en la bóveda. Una vez más, los materiales se retuercen de maneras inauditas para crear movimiento y vida.

Siendo la parte de Gaudí muy impresionante, a mí casi me gustó más la fachada del nacimiento, de Francisco de Paula. Y vosotros, ¿conocéis la Sagrada Familia? ¿Qué os gusta más, el nacimiento o la pasión?

Después de esta visita tan impresionante, nos fuimos a descubrir la Barcelona modernista. Os la enseñaré el próximo día.

7 comentarios:

Ana María Hernáez says:
miércoles, 27 enero, 2010

He quedado documentada despues de tu interesante relato.
Hace tiempo que no veo esta iglesia, asi que me ha parecido que avanzan, pero como bien dices tienen para rato. Se nota bastante lo que no es de Gaudí. Él es inconfundible.
esperemos por el bien de la arquitectura que el trazdo del AVE no lo derrumbe.
Besos

Una pulga más says:
jueves, 28 enero, 2010

Pues fijate, que tampoco conozco Barcelona.He recorrido toda la costa de Gerona hasta Francia, de Rosas para arriba.
Gaudí es un cuento de hadas hecho realidad, era un genio al igual que Dalí.
A pesar de no conocer todo lo que tiene en Barcelona,in situ, no me canso de ver fotografías del parque Güell, La Pedrera, etc.
Conozco el Capricho en Comillas, y el Palacio Episcopal de Astorga. Menuda imaginación, La Pedrera por dentro es para quedarse y no salir.
Besin

Ana H.H. says:
jueves, 28 enero, 2010

Pues te la recomiendo vivamente. Es una ciudad fantástica.
La Pedrera en el próximo capítulo.
Besín

Una pulga más says:
jueves, 28 enero, 2010

Hablando de imaginación y a tí que como yo adoras Lanzarote. Que maravilla Manrique, lástima se fuera tan pronto, es un ejemplo de como se pueden hacer las cosas bien. Su casa!! que envidia poder vivir en un lugar así.
Bsín

Ana H.H. says:
jueves, 28 enero, 2010

Sí, Pulguilla. Pero a juzgar por la cantidad de aberraciones que nos rodean, no debe ser tan fácil lo de hacer las cosas bien. Pienso que principalmente porque hay que pararse y pensar y debe doler la cabeza...
Besín

Elirat says:
domingo, 31 enero, 2010

Enhorabuena. Soy gaudinista y barcelones. Algunos de vuestros comentarios demuestran que teneis una cierta y elevada sensibilidad. El captar la diferencia entre estilos y atribuirlos a la pasion es ir más alla de la media. Gaudi, explicó y plasmó las diferencias en esto mismo: el nacimiento y la pasión. Algunos errores no importantes: 1882 fue el año de inicio de los trabajos; una de las imagenes no corresponde al ábside interior con el que se compara sino a una parte del claustro. Pero lo importante es que habeis captado lo esencial y muchas veces muy difícil de percibir. Ah! no tardará 100 años la construccion. Aspiro a verla. Un abrazo. Eliseu Oriol Pagès.

Ana H.H. says:
domingo, 31 enero, 2010

¡Hola Elirat! Gracias por las puntualizaciones y tus alabanzas. Barcelona es una ciudad preciosa y llena de tesoros. Me encantaría volver.
Un abrazo