Alvin y las ardillas 2

Imprime esta entrada Cuando era una niña, y no tan pequeña, mi familia: padres y hermanos, íbamos al cine en las vacaciones de navidad juntos.

Me gustaba mucho esa tradición, por llamarla de alguna manera. Claro, que de aquella era un poco más sencillo: sólo había una película de familia de, la de Walt Disney para ser exactos. ¡Ay! ¡Qué viejita soy!

Total que hoy se me ocurrió obligar a los enanos a ir en familia al cine. Sí, como una amiga dice muy sabiamente, a los enanos hay que obligarlos a su felicidad. La enana con sus catorce años y sus hormonas descontroladas no quiere pasar ni un segundito con nosotros. El enano nº 2 se deja arrastrar. Menos mal que el nº 3 aún es un niño al 100%. De todas maneras, una vez allí las hormonas se disuelven y la alegría fluye. Por ahora.

Que quede claro, la peli la escogieron ellos. A mi mejor mitad no le gustó, aunque yo lo ví sonreír e incluso reírse.

A los enanos y a mí nos encantó. No pasará a la historia por su transcendencia, pero es entretenida, blanca y que defiende valores como la familia (no muy en boga hoy en día en esta parte del globo), el compañerismo y el trabajo en equipo. El ritmo es bueno y la música fantástica. Para colofón, fue bastante sorprendente para los enanos la última canción de la peli: We are family. Resulta que es una que cantamos en Nochevieja ayudados por el karaoke. Dejó a los enanos literalmente alucinados.