Queridos navegantes internautas:
Método:
El pasado mes me caducaba la mastercard. Pocos días antes de que la fecha de caducidad llegara, mi banco me mandó la nueva tarjeta.
Colmillo Blanco
La llamada de lo Salvaje
El risotto es una especie de arroz meloso italiano. Adquiere su cremosidad al remover constantemente durante su cocción y añadirle mantequilla o nata y queso rallado al final de la misma. Se puede hacer simplemente con azafrán (milanesa) o con los tropezones que se nos ocurran. Resulta una combinación muy atractiva: la cremosidad del queso y mantequilla, con el crujido del arroz y verduras al dente.
Me encanta la avena. En todas sus formas. Deben ser reminiscencias de mi bebetazgo.
Método:
Y esta es una galleta por dentro. A ver quién es el guapo que puede comer sólo una ¿eh?
¿Conocéis la ley de Murphy? No tengo paciencia para encontrar el artículo que busco, pero alguno de los 302 responderá a lo que nos pasó el sábado: el enano nº2 tenía un campeonato de kumite nada más y nada menos que en Cangas del Narcea, el enano nº3 celebraba su cumpleaños en sociedad, yo estaba con la pata tiesa. ¡Ah! Se me olvidaba mencionarlo. Sólo tenemos un coche. Además da igual, porque no puedo conducir con el gemelo así.
Las fotos que volvieron están ligeramente desenfocadas. Menos da una piedra.
En frente de mi casa hay una sidrería donde sirven este postre. Ellos lo llaman pudding de queso. La primera vez que lo probé sufrí una revelación. ¡Qué maravilla! La textura untuosa, cremosa, la mezcla perfecta de sabores: queso, leche, caramelo...
Hoy celebrábamos el cumple del enano nº3 en sociedad. Como tengo la pata tiesa, salimos antes para llegar a tiempo. Ese era el plan. De hecho salimos a la hora normal porque al llegar al garaje nos encontramos esto:
Estas son las cosas que desesperan a mi mejor mitad. Veréis, él es alemán. Los alemanes planifican, tienen en cuenta a sus vecinos, piensan con la cabeza (nosotros a esto lo llamamos ser cabecicubos). El orden "natural" según mejor mitad hubiera sido:
¡Uno de estos tres tiene que ganar el Mundial!
... el enano nº 3 venía al mundo. A hacerlo un lugar mejor.
Casi siempre sonriente.
Unas horas después, mi gemelo derecho sufría una rotura fibrilar en el gimnasio. Ahí están los diez años. No se puede hacer uno mayor...
El otro día un amigo nos mandó esta foto de las navidades. No he podido resistir el hacerla pública. Como estamos de vuelta al tiempo invernal, casi que voy a desempolvar el jersey y gorrito de lana...
El pasado fin de semana, los enanos desempolvaron la máscara del lobo feroz. El enano nº 3 decidió dos cosas:
Igualito que en la peluquería (pero hay que sujetarle la boca al lobo, no vaya a ser que muerda...).
De pronto, caperucita rosa aparece. ¡Puf! ¡Menuda tontería! leemos en su cara. Mutis por el foro.
Resultado:
Con la "suerte" de que no le va a crecer más. Tiemblo de pensar lo que se les ocurrirá la próxima vez...
Con esta tarta veraniega, doy por finalizada y cerrada la semana de la receta.
El otro día hice este postre, para una de nuestras reuniones familiares. Lo acompañé con fresas y este dacquoise (la mitad de las cantidades es suficiente), pero cortado en forma de cuadrados. En vez de avellanas usé nueces... porque yo lo valgo.
Cuando vivíamos en Brasil, pasábamos las navidades siempre allí: hasta Europa era un viaje muy largo, sólo disponíamos de diez días que teníamos que repartir entre Alemania y España. Agotador. El primer año se nos hizo raro: celebrar la navidad a 30 y pico grados no es a lo que estamos acostumbrados... Enseguida nos hicimos a la temperatura. Ahora hasta lo hecho de menos. No me importaría nada irme al Caribe en esas fechas... pero eso es otra historia.
Maraña significa enredo de hilos, cuerdas, cables. Por eso estas galletas se llaman así. Existen varios tipos de marañuela, dependiendo de la región. De Avilés, de Luanco, de Candás. Todas ellas muy ricas. Hoy os traigo las de Candás, de huevo entero. La receta la encontré en Confiterías y confiteros de Asturias, que mi madre coleccionó con gran paciencia y tesón.
Bien, hoy hace un calor tremendo. Aún así os traigo una receta que ha de comerse recién sacada del horno y es bien calórica. La descubrí viviendo en Brasil. Si allí que tienen inviernos como nuestros veranos (Estado de Minas Gerais) pueden comerla, nosotros también.
¡A la mesa!
