domingo, 7 de septiembre de 2008

El Tren de las 3:10

0 comentarios
Imprime esta entrada
Me gusta ir al cine, pero no soy ninguna experta. Conozco los nombres de los directores famosos y de los actores del momento. Punto. De hecho, hacía bastante tiempo que no íbamos al cine. Con todo el ajetreo diario estamos demasiado cansados... Benditos sean los DVDs. No soy nada intelectual. Me gustan las pelis de acción y las comedias. Cuanto más alejadas de la realidad, mejor. Para realidad, la mía. Además cada vez tengo menos paciencia para soportar una película entera, me he pasado a las series... Veo pelis para evadirme y pasar un buen rato. Los dramones no son para mí. Me gustan los finales felices. Creo que la virtud de un argumento no es que sea realista, sino que las cosas más imposibles te parezcan factibles. Luego, reflexionando, no resisten el análisis, pero te han proporcionado un buen rato.

Ayer fuimos a ver El Tren de las 3:10, aprovechando el último fin de semana antes de que los churumbeles vuelvan a casa... Investigando en la red me encuentro la película original. Data de 1957. Así que ayer vimos un re-make. Esto refuerza mi idea sobre la crisis existente tanto en el cine como en la música. También puede ser que los actores ganan tanto dinero que no queda suficiente para los guionistas. O las dos cosas.

Me gustó. Es bastante diferente a lo que me esperaba. Esperaba un film de acción trepidante con muchos disparos. Me equivoqué. La acción transcurre durante la construcción de la vía de ferrocarril. Pararelamente, vemos la importancia de este hecho en el establecimiento de pueblos a lo ancho de los Estados Unidos. Es un duelo psicológico, mental. El malo, Ben Wade, añora lo que nunca tuvo, una familia. El bueno, Dan Evans, lucha y es capaz de sacrificarlo todo por su familia. Esto crea un vínculo entre los dos a lo largo de la acción. También me gustó que Dan Evans no es un as disparando, más bien lo hace todo bastante mal. Su fortaleza son sus principios, su honradez. Forman un equipo para lograr el objetivo de Dan y salvar a su familia. Es un final feliz relativo, no llega a dejar mal sabor de boca. Tiene la virtud de las pelis buenas, que sigues hablando de ella una vez finalizada, comentando los agujeros que crees que tiene e imaginando lo que pasa después. Sí, El Tren de las 3:10 nos ha gustado y ahora queremos ver la versión de 1957.

0 comentarios: