Este verano mi héroe y yo fuimos a Suecia. A Estocolmo. Preciosa ciudad, llena de árboles y agua por todas partes. Encantandora y muy agradable.Recordé que Paul Newman había rodado una película sobre los premios Nobel, en Estocolmo. Digo Estocolmo porque el premio Nobel de la paz se entrega en Oslo (me enteré este verano). Sorprendentemente, mi media naranja no la conocía, así que a la vuelta la alquilamos. La película es El Premio y está rodada en 1963 y la acción se desarrolla en Suecia, en plena guerra fría. Aunque pueda parecer contradictorio, tras la caída del telón de acero, esta tema de la guerra fría es muy actual. Parecía una etapa superada pero ahora Rusia está invadiendo Georgia, Venezuela está armándose con la ayuda de este país, el populismo marxista creciendo a ritmo galopante en suramérica. Todo vuelve a ser como antes, ahora sin ideologías que respalden sus acciones. Son países expansionistas para mayor gloria de sí mismos... Es una pena que este magnífico actor nos haya dejado. Menos mal que nos quedan muchas historias por el rodadas y contadas. No sólo era buen actor, guapo y con un cuerpo más bueno que un trozo de pan en un día de hambre. Además el hombre tenía carisma y simpatía.
El Premio es una película muy entretenida, de aventuras podríamos decir, salpicada con toques de humor y de romanticismo. Me recuerda un poco a las de 007 (también soy fan de esas) sólo que aquí el héroe no es un hombre de acción, pero sabe salir de todas las situaciones peliagudas que se le presentan, y, como a mí me gusta, hay final feliz.
Paul Newman: gracias y descansa en paz.
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