martes, 2 de junio de 2009

Rodiles

2 comentarios
Imprime esta entrada Nunca había estado en la playa de Rodiles, hasta hoy. Lo primero que uno se encuentra después de aparcar, es un bosque de pinos y eucaliptos. Los árboles desprenden un olor fantástico. Estás ahí, atravesando ese oasis, casi no dan ganas de llegar a la orilla.
La playa de Rodiles es bastante abierta. A pesar de ello, las olas no eran muy salvajes. Siempre hay que tener cuidado con este mar nuestro. Es muy traicionero. Lo mejor es no meterse muy adentro...

Inaguramos el primer baño de la temporada. Miento, inaguraron:
Sí, el agua está bastante fría. Yo necesito un día sin aire y cercano a los 30ºC para meterme ahí dentro. Vencí mi pereza natural acercándome a la orilla para tomar unas instantáneas de los enanos y las olas. Nada que no se solucione con un buen objetivo de digamos unos 300 mm. Tal vez en un futuro bastante lejano.

Helos aquí retozando en el agua. Yo también fui así, a mí me tenía que sacar del agua completamente arrugada y morada.
Luego, la obligada construcción de montañas interconectadas con túneles y puentes. ¿Será que van a ser ingenieros? ¿Dónde hay que firmar?
Esta foto es psicológica. La enana triunfante sobre sus dos cobayas, perdón, hermanos. Estaba tan absorta mirando las caras que corté la construcción en cuestión. La próxima vez será.

Aún más divertido es el destroce de la obra:
Ya sospechaba yo que mis enanos disfrutan rompiendo cosas... ¡debe ser la mar de divertido!

2 comentarios:

Tordon says:
jueves, 04 junio, 2009

¡Refrescante entrada, vive Dios!

bss

Ana H.H. says:
jueves, 04 junio, 2009

si el agua estaba tan helada como mis pies me decía: en efecto, refrescante!
Bss