
Ocasión: imposición de la medalla de oro de la universidad a los que han prestado servicios treinta y cinco años o más, entre ellos, mi padre.
Se dice pronto. Treinta y ocho años impartiendo docencia e investigando, todos ellos con catedrático. Y el hombre ¡está hecho un chaval!
Lo mejor de la ceremonia: el coro. El momento más emotivo: canto del himno universitario. Algunas tímidas voces se unieron al coro. Como siempre que un grupo de gente realiza una acción a la vez, me emocioné. Tal sólo los de más edad cantaron. Claro, el himno es en latín... yo pasé cinco años por esta institución y no me lo sé. Vamos, que nunca lo había oído hasta hace un par de años.


6 comentarios:
sábado, 06 junio, 2009
Reportaje muy conseguido. Gracias C.
sábado, 06 junio, 2009
Enhorabuena al padre; y a la hija, que es tan lista como él.
¡Gaudeamus igitur...!
Bss
sábado, 06 junio, 2009
Estimado Tordón, ¡ya quisiera ser yo tan lista como mi padre! ¡Una eminencia en su campo!
Besos
jueves, 11 junio, 2009
Felicita a tu padre porque esto no pasa todos los días ni les pasa a todos eh?. Muy merecido después de tantos años de dedicación. Se le ve radiante y a tu madre también y los dos guapísimos con unos modelitos preciosos.
Un besazo para ellos y por supuesto para la hija que nos permite compartir sus acontecimientos familiares y su vida en general.
E.
jueves, 11 junio, 2009
Querida E., eso está hecho.
Besos
viernes, 12 junio, 2009
Gracias, querida M.E. por tu interés y por tus comentarios. T siempre tan encantadora.
Besos
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