31 de octubre, día del profesor. Esta casta, no satisfecha con los más de tres meses de vacaciones acumuladas al año, se regalan un día más. Este día es itinerante, no vaya a caer en domingo. Este año se lo han puesto hoy. Afortunadamente, la vida me mima y mi trabajo está ligado a las vacaciones de los profes, puedo cuidar de mi prole.
En el Centro organizaban un torneo de tenis. Apunté a la enana nº1 y al enano nº2. La enana se enfadó conmigo, no quería ni oir hablar de ello. No me dejé impresionar.
El enano nº2 estaba muy motivado y llegó a la semifinal de los premios de consolación. El cansancio le pudo. Un collage de unos momentos del torneo. Todavía tenemos mucho que aprender, particularmente el saque y el ataque. No hay fuerza humana que lo haga subir a la red. Hay que aceptar que no va a vivir de esto, tampoco es mi objetivo. El tenis es un deporte social. Debe ser muy divertido quedar con unos amigos para echar un partido. Eso sí va a poder hacerlo cuando sea mayor.
Unas instantáneas de un partido. Los tenemos concentrados, intentando hacerlo lo mejor posible. Dándolo todo.
La princesa de la casa se levantó, como no, de mal humor. Al llegar se encontró con sus amigas, se relajó y disfrutó. Al final, hasta reconoció que se lo había pasado bien. ¡Qué pena no tenerlo por escrito! Como una amiga mía dice:
- a los niños hay que obligarlos a su felicidad.
Aquí unas instantáneas de un partido. Tenía que haber metido la cámara entre los agujeros de la vaya, se me ocurrió más tarde... Más que jugar al tenis parecía que estaba bailando ballet con la raqueta. Esto del tenis no es lo suyo. Puede ser, lo que no entiendo es la negativa frontal a probar cosas, estrategias... "No, es imposible, no puedo". Y se queda tan ancha. En fin. Paciencia.
Después de una hora de estar de público, enano nº 3 y yo decidimos ir a tomarnos un piscolabis a la cafetería. Estábamos fríos, así que se bebió un descafeinado. ¡Qué grande se sentía!¡ Qué poco necesitan los niños para sentirse felices! Esta habilidad de estar satisfechos se va perdiendo con la edad. Supongo que paralelamente con la inocencia.
Luego, como todo un hombrecito, se leyó el As y el Marca:
Casi se diría que le gusta leer. Mientras se trate de fútbol, lo que sea, hasta leer...
Y tras cuatro horas de competición llegó el momento de repartir los premios. Esto es lo bueno, todo el mundo se llevó su parte. Primero expentantes por saber de qué se trataba el premio.
Luego, esperando a su turno.
La prueba de que fue una buena mañana. Ahí está, la sonrisa de la princesita.Satisfacción plena con su nueva camiseta.
Esperamos impacientemente la próxima oportunidad de mostrar cuánto hemos mejorado. Esto del torneo está muy bien, contar los puntos bien, sacar de verdad, jugar con eliminatorias. Es un buen entrenamiento. Se aprende a ganar y perder. Se aprende a funcionar bajo la presión.
En el Centro organizaban un torneo de tenis. Apunté a la enana nº1 y al enano nº2. La enana se enfadó conmigo, no quería ni oir hablar de ello. No me dejé impresionar.
El enano nº2 estaba muy motivado y llegó a la semifinal de los premios de consolación. El cansancio le pudo. Un collage de unos momentos del torneo. Todavía tenemos mucho que aprender, particularmente el saque y el ataque. No hay fuerza humana que lo haga subir a la red. Hay que aceptar que no va a vivir de esto, tampoco es mi objetivo. El tenis es un deporte social. Debe ser muy divertido quedar con unos amigos para echar un partido. Eso sí va a poder hacerlo cuando sea mayor.
Unas instantáneas de un partido. Los tenemos concentrados, intentando hacerlo lo mejor posible. Dándolo todo.
La princesa de la casa se levantó, como no, de mal humor. Al llegar se encontró con sus amigas, se relajó y disfrutó. Al final, hasta reconoció que se lo había pasado bien. ¡Qué pena no tenerlo por escrito! Como una amiga mía dice:
- a los niños hay que obligarlos a su felicidad.
Aquí unas instantáneas de un partido. Tenía que haber metido la cámara entre los agujeros de la vaya, se me ocurrió más tarde... Más que jugar al tenis parecía que estaba bailando ballet con la raqueta. Esto del tenis no es lo suyo. Puede ser, lo que no entiendo es la negativa frontal a probar cosas, estrategias... "No, es imposible, no puedo". Y se queda tan ancha. En fin. Paciencia.
Después de una hora de estar de público, enano nº 3 y yo decidimos ir a tomarnos un piscolabis a la cafetería. Estábamos fríos, así que se bebió un descafeinado. ¡Qué grande se sentía!¡ Qué poco necesitan los niños para sentirse felices! Esta habilidad de estar satisfechos se va perdiendo con la edad. Supongo que paralelamente con la inocencia.
Luego, como todo un hombrecito, se leyó el As y el Marca:
Casi se diría que le gusta leer. Mientras se trate de fútbol, lo que sea, hasta leer...
Y tras cuatro horas de competición llegó el momento de repartir los premios. Esto es lo bueno, todo el mundo se llevó su parte. Primero expentantes por saber de qué se trataba el premio.
Luego, esperando a su turno.
La prueba de que fue una buena mañana. Ahí está, la sonrisa de la princesita.Satisfacción plena con su nueva camiseta.
Esperamos impacientemente la próxima oportunidad de mostrar cuánto hemos mejorado. Esto del torneo está muy bien, contar los puntos bien, sacar de verdad, jugar con eliminatorias. Es un buen entrenamiento. Se aprende a ganar y perder. Se aprende a funcionar bajo la presión.