En este viaje tuve un copiloto de lujo: la enana. Se dedicó a hacer fotos con el móvil a todo lo que se movía, y lo que no también. Esta es una muestra:
Estrené las nuevas gafas de sol que me regalaron mis padres. Buenas y bonitas. Vamos que molan. Como siempre de Ray Ban.
Durante la travesía comprobé que:
- El primero que se saltan el límite de velocidad es la guardia civil motorizada. Iban al menos a 130 si no más.
- Los combustibles son carísimos en Portugal. No sólo en la autopista, en las ciudades también.
- Las autopístas en Portugal son carísimas. Por lo menos es la impresión que me da, no he hecho números. A lo mejor es lo mismo que el Huerna...
- Ya estaba oscuro cuando llegamos a Portugal, no pude apreciar el paisaje, pero la carretera me pareció un tobogán, sube - baja, sube - baja. No me esperaban tantas montañas.
- Los portugueses conducen como kamikazes.
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