La semana pasada fue tan caótica que ni cena familiar pudimos hacer.Mi madre se va mañana de viaje, mi padre se le acoplará en breve y no vuelven hasta mediados de noviembre (para después volver a irse...). Por eso hemos puesto la cena familiar hoy y será también la despedida. Mis padres ya disfrutan de la dulce vida del semi jubilado. Es muy desgastante tener que estar siempre de vacaciones. Mis suegros están agotados desde que se jubilaron: intercalan vacaciones con visitas al balneario para descansar de las extenuantes vacaciones.
Después de la típica ensalada, no nos cansamos de ella,
vamos a comer alemán, Zwiebelkuchen (torta de cebolla). Este es un plato alemán típico en otoño. Me encanta. Suelen acompañarlo con un vino a medio hacer, el Federweiser. Aquí no lo hay, así que pensé acompañarlo con sidra, que también está muy buena. La receta la encontraréis aquí.
Para rematar la jugada y darle trabajo al estómago, una mousse de chocolate, que siempre entra bien independientemente de la época del año. La hago con mantequilla en vez de nata, pues resulta con un sabor a chocolate más intenso. Luego lo decoro con trocitos de avellanas tostadas. Esto le da una textura diferente y los distintos sabores se complementan. La receta más detallada, aquí.
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