martes, 12 de mayo de 2009

Comuniones

4 comentarios
Imprime esta entrada Este finde mis sobrinas hicieron la comunión. En otra ciudad.

Hicimos las maletas, cogimos a los enanos al acabar el cole, nos metimos en el coche rumbo a la ceremonia.

Todo el mundo de tiros largos, la mayoría estrenando ropa y zapatos. Sonrisas por doquier, alegría sin límites.

Se desarrolló de la siguiente manera: fotos, misa, fotos, comida, fotos, risas, fotos, bebida, fotos, regalos, fotos.

Lo dicho: las protagonistas juntas,
y por separado:
Algunos de los adultos (los hay tímidos)
y más niños
En conjunto, una fiesta muy lograda.

Me parece que esto cierra el capítulo de las celebraciones religiosas familiares. Hasta que alguien se case.

4 comentarios:

Tordon says:
miércoles, 13 mayo, 2009

Las celebrciones familiares siempre resultan entrañables.
¡Felicidades a sus sobrinas!
...y a su orgullosa tía del blog...

N. Matsuda says:
miércoles, 13 mayo, 2009

Felicidades! Yo no soy partidaria de alguna religion en especial, pero como creo en Dios, si las respeto a todas.
Tienes una familia liinda!! y muy unida se ve; y como no va a ser, si la tia hace unas delicias en la cocina!! Yo a eso ya le heche tierrita, desde el dia que me confundi la azucar con la sal!! ja ja. Hay cosas para las que una no nacio, y lo mio es la reposteria.Jamas me manden a hacer algun pastel, lo digo por el bien de todos ja ja.

Ana H.H. says:
miércoles, 13 mayo, 2009

Amigo Tordón,
estoy de acuerdo con ud. Además en nuestras celebraciones fluyen los vapores etílicos, que nos ponen aún más de buen humor. Lástima que nos quede ahora una larga espera...

Ana H.H. says:
miércoles, 13 mayo, 2009

Lunatica, eso pasa hasta en las mejores familias! sin ir más lejos, a mí misma. Para mí la repostería resulta terapéutica. Afortunadamente tengo tres fieras que devoran y puedo dar rienda suelta a mis terapias!