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Es la feria del libro. En el instituto donde trabajo, los alumnos han organizado un mercadillo de libros. Me he comprado éste y Dracula (en los próximos días o meses).
Hace ya bastantes años vi un fragmento de la película basada en esta historia. Me dejó impresionada. Toda esa gente aprendiéndose los libros, palabra por palabra! Automáticamente pensé: ¡aviada iba yo con mi memoria de pez! Tal vez hemos ido perdiendo la capacidad de memorizar. La memoria se entrena, lo veo en mis padres y mis enanos. Son capaces de recitar poesías. Siento gran envidia. Cuando me tocó ir al cole, no estaba de moda. Puede que no sirva para nada práctico, pero es una gran satisfacción extraer del cerebro información. Imagino.
Esta novela fantástica de ciencia ficción se lee rápidamente. Está en la línea de Un mundo feliz de Huxley, uno de mis libros favoritos, por cierto. El argumento es impactante, máxime si pensamos que fue publicado en 1953: resulta apabullantemente moderno.
La sociedad de Farenheit 431 está profundamente enferma. Como la nuestra. Las personas han sido vaciadas de su humanidad. No hay comunicación entre ellas, son extraños incluso las parejas, los padres y sus hijos. No se paran a pensar, se les da todo masticado.¿Qué nos hace ser humanos? Muchas cosas. Pienso que una de ellas es la interacción con nuestros semejantes y la solidaridad de ella resultante. En la novela la gente dispone de muchas comodidades materiales pero no son felices, se suicidan continuamente. El deseo de vivir ha desaparecido.
Sólo le pongo una pega. La prosa de Ray Bradbury no me agrada. Mejor dicho, los diálogos me resultan irreales y la reacción a las diferentes situación también. No me siento identificada. Una conocida me dijo una vez que la literatura era la virtud de hacer creíble lo increible. Si es así, con esta novela no se da.
Tiramisu
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Este postre conocido y apreciado por mucha gente, no es antiguo sino que
fue creado alrededor de los años 50 del s.XX, y es de facil elaboración,
como s...
2 comentarios:
jueves, 21 mayo, 2009
I wrote a paper some time ago on some of the effects of various technologies like cell phones, iPods, IMs, etc. (Oh, the joys of being in school. ;-) ) It dealt with the idea of dual presence (or half presence), with people physically in one place but constantly mentally elsewhere through these machines which encourage superficial interactions, and the resulting disconnection from people, from reflection, and from silence.
We keep reinventing Fahrenheit 451 in different ways every decade, don't we?
jueves, 21 mayo, 2009
What's scary about this book is that his author really understood (50 years in advance)that we can turn technologies that are supposedly to help us to leave a better, an easier live against ourselves. People in Farenheit 451 are very and truly not human. They are surrounded by noise all the time. They don't talk to each other about anything serious or profound and they certainly don't listen to each other. They are like machines. Very sad. But, there is hope at the end. So I guess it's a little bit pedagogical.
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