miércoles, 31 de marzo de 2010

Cómo entrenar a tu dragón

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Imprime esta entrada Aquí estamos en el Carmen, para pasar estos días de descanso.

Llueve a cántaros. El cielo, el aire, todo está gris, húmedo, mojado. Esto afecta hasta a los enanos. Nos entra una desidia enorme. Sin embargo, en un acto de heroismo, meto a todos en el coche bajo sus protestas y deshago el camino andado hasta el cine.

Siguiente dilema, ¿qué ver? A mí me apetecía ver la del dragón, a la enana le apetece no estar conmigo, al enano nº3 le apetece ver Ironman 2 (que no está en exhibición). Menos mal que el nº2 está contento con la vida (y conmigo). A veces pienso que dentro de poco seré la única de la familia a la que le gustan las pelis para niños...

Basta de introducciones. Vamos a lo que nos ocupa. La película nos gustó a todos. Incluida la enana, que a pesar de los pesares se metió casi un cubo entero de palomitas y su correspondiente refresco (estaban de oferta, no me gusta comer en el cine).

Tiene momentos graciosos, tiernos, de tensión, de aventura... La mezcla perfecta. Hasta aquí nada nuevo.

El protagonista es un adolescente, Hipo. ¿Qué buscan los adolescentes? Ser como los demás, ser uno más. Pues es lo que Hipo no es, ni quiere ser. Es diferente y no le importa. Soporta la presión de la burla y es fiel a sí mismo. Este mensaje me ha gustado. Espero que los enanos lo hayan captado como yo y saquen una enseñanza de ello.

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